sábado, 13 de diciembre de 2008

Producción Cerámica

TRADICIÓN CERÁMICA: ARTESANÍAS POPOLOCAS EN LOS REYES METZONTLA, PUEBLA

AARÓN DAVID PIÑA MARTÍNEZ
JAVIER ALANÍS VILCHIS

Introducción

En este trabajo se presenta la producción cerámica en un taller artesanal popoloca en Los Reyes Metzontla, Puebla. En este caso la representatividad de dicho lugar recae en una tradición prehispánica que ha continuado en manos de un grupo indígena hasta nuestros días. Dentro del espacio artesanal retomando el concepto de Linda Manzanilla, es posible identificar las áreas de actividad “como la concentración y asociación de materias primas, instrumentos o desechos en superficies o volúmenes específicos, que reflejen actividades particulares (Manzanilla 1986:11)”. Aunque en este caso no aplica la restricción espacial por elementos constructivos ya que en el caso de la obtención del desgrasante no hay límite de ningún tipo, lo mismo pasa con los bancos de arcilla de los que se abastecen los artesanos.
Para realizar esta investigación, utilizamos la etnoarqueología como una estrategia de investigación (Fournier, 1995:3). Stiles nos dice que la etnoarqueología es un fenómeno reciente. El campo está aún en proceso de formación y como tal, todavía falta una definición generalmente aceptada o desarrollada en su totalidad de un cuerpo teórico y metodológico. Etimológicamente podría decirse que el término etnoarqueología implica que el dato de campo está repartido con el uso de la arqueología en el estudio de personas vivas, pero esto podría ser opuesto al uso de los métodos e información etnográfica para ser agregado en la interpretación y explicación del dato arqueológico (Stiles, 1977:88).
De esta manera la etnoarqueología permite acercarnos a lo estático del registro arqueológico a partir de lo dinámico de las sociedades vivas (Binford, 2004:108). En el caso de las artesanas de los Reyes Metzontla lo que nos ayuda a ligar el presente con el pasado y darle ese sentido dinámico al registro arqueológico, es el hecho de que la producción cerámica en el lugar se realiza con el uso de técnicas prehispánicas, lo que incluso llevó a ser reconocido y premiado por parte del FONART (Premio Nacional de Artes y Tradiciones Populares 2005). Esta continuidad productiva esta dentro del enfoque histórico directo (Fournier, 1995:7), en el que es muy probable que los procedimientos presentes en la producción cerámica que vemos hoy en día, estuvieron presentes en el pasado y los restos que dejan se podrán contrastar con las que se presentan en el registro arqueológico. Además puede ser posible observar las modificaciones tanto en procedimientos como en herramientas, ya que dentro de la investigación se pudieron ver artefactos de metal.
Finalmente podríamos decir que en el procedimiento que actualmente se observa en los talleres artesanos de los Reyes Metzontla, puede o no reflejar en su totalidad todo lo que encontramos en un registro arqueológico, lo importante a rescatar, pensamos, es la intervención directa de un grupo social que ha mantenido de una u otra forma su tradición alfarera, a pesar del mundo globalizador actual. Se menciona lo anterior ya que Gámez realiza un trabajo en el que señala que se ha pretendido impulsar su producción masiva (Gámez, en riego, producción cerámica, tomado de internet, 2008, http://www.comunicacion.buap.mx/reportajes_especiales/reportaje_especial_alfareras.htm).

Descripción del sitio de estudio

La comunidad de los Reyes Metzontla está ubicada en el Valle de Tehuacan, situado en el Municipio de Zapotitlán, en el Estado de Puebla (Mapa 1). El municipio de Zapotitlán limita al norte con Tehuacan, al oeste con San martín Atexcal y Santiago Chazumba (Oaxaca), al sur con Caltepec y al este con San Marcos Necoxtla, San Gabriel Chilac y San José Miahuatlán. Hay presencia de formaciones de basalto con columnas prismáticas (Castellón, 2006:40). Actualmente se explotan canteras de ónix, así como piedra caliza. En décadas anteriores se explotaron yacimientos de plomo, cobre, zinc, manganeso, plata y oro (Castellón, 2006:43). La hidrografía de la región de Zapotitlán pertenece a la cuenca del sur de Puebla, a la del río Tehuacan y a la pequeña corriente de San Gabriel Chilac (Castellón, 2006:44). Los Reyes Metzontla tiene 1095 habitantes (CENSO de 1995 por lo que ahora son más). Está a 1800 metros de altitud. Su clima según la clasificación de Koppen es BSo hw corriespondiente a un subtipo seco semicálido con lluvias en verano. La temperatura media anual fluctúa de los 14 a 18° C con una máxima de hasta 32° C en el mes de mayo y una mínima de 6° C en enero (Castellón, 2006:45). Se caracteriza por el dominio de leguminosas espinosas bajas y matorrales espinosos. Algunas especies distintivas son el mezquite y el cazahuate (Castellón, 2006:47).
La producción alfarera en los Reyes Metzontla, en el caso del taller (Dibujo 1-2) que visitamos, es la casa del señor Sr. José Luís (representante le la asociación alfarera del lugar). Ahí las mujeres se reúnen para elaborar sus artesanías y comales (Imagen 1). En el taller había entre 15 y 20 mujeres laborando y como lo dicen Hammersley y Atkinson (1994) en el que el Sr. José Luís como representante está “entrenado” para dar la explicación del procedimiento artesanal, así como las mujeres alfareras que describen el proceso de elaboración paso a paso sin que se les pregunte. Esto permitió una entrevista reflexiva (etnográfica) en la que se realizaron preguntas abiertas (Hammersley y Atkinson, 1994:128-129). El proceso de la elaboración de comales y artesanías consiste en principio en la extracción de la materia prima, en este caso la arcilla y de la extracción del desgrasante.
Extracción de la arcilla: La arcilla se extrae de diferentes bancos de la comunidad (Imagen 2), el más cercano de estos bancos esta a 45 min. del taller. Aquí los hombres salen a traerlo a las 9 am y regresan a las 5 pm, es importante notar este fenómeno ya que los hombres están encargados de la obtención y traslado de la materia prima, mientras las mujeres son las encargadas de trabajar la producción artesanal. Cada cuatro meses van a abastecerse del desgrasante y de la arcilla. Desgraciadamente no pudimos recorrer los bancos de arcilla por cuestión de tiempo, así que no fue posible observar el procedimiento al que se somete antes de llegar al taller artesanal.
Extracción y molido del desgrasante: Este se obtiene de una mina, a la que los lugareños denominan “la Peña” (Imagen 3), esta se localiza a 10 min. del taller en estudio y es considerada patrimonio de la comunidad. El material que de ahí se obtiene es una roca de color verde azulado denominada como esquistoso-serpentinoso (Imagen 4). La función de esta roca es ayudar a que el barro sea más moldeable. El tiempo que lleva de explotación la mina es desconocido aunque se calcula que tiene más de 500 años.
Antes no se tenía un control sobre la explotación de la mina, por ello la gente se llevaba el material deliberadamente. Actualmente está reglamentada la extracción del material, se cobra una cuota para que los lugareños se lleven solamente lo que van a utilizar y de este modo la explotación sea moderada (sólo se puede llevar 50 latas de material cada lata equivale a 20 litros). Cabe mencionar que sólo se explota la roca que presenta ciertas características que le sirvan al artesano, ya que en la misma mina se encuentra otro tipo de roca de color café-rojizo, pero ésta no le sirve al artesano ya que las piezas se fracturan fácilmente.
Después de extraer el desgrasante, este se muele en un área específica cercana al área de obtención, concretamente a un costado de La Peña (Dibujo 3). Para realizar este trabajo, se extiende el material y se golpea (Imagen 4) con un mazo o garrote de mezquite (Dibujo 4) (Imagen 6) logrando pequeñas piedras, después se pasa por una criba (Imagen 6) para obtener el desgrasante para los comales (Imagen 7), este es más grueso para agilizar y concentrar el calor en el comal. El desgrasante usado para la cerámica debe pasar por otro cribado más fino con el fin de obtener la harina o talco (término usado por los artesanos). Este trabajo es realizado únicamente por los hombres, porque es un trabajo duro que requiere golpear por 2 o 3 horas la roca, un aspecto importante es que hay otros bancos donde se obtiene el material, pero la creencia local menciona que no es de la misma calidad por lo que se extrae de la peña solamente.

Para la preparación de la cerámica, como mencionamos anteriormente, el proceso es realizado por las mujeres y las niñas, a ellas se les enseña este proceso desde temprana edad. Para la producción cerámica se siguen los siguientes pasos:
Preparación de la pasta: Se comienza con el batido del barro, en éste se mezcla la arcilla con agua en un recipiente, se deja por cerca de 3 min. para que absorba el agua, posteriormente se bate con la mano (Imagen 8). Después se limpia con la ayuda de un colador para quitarle la basura. El barro tiene cuatro clases de colores el rojo, anaranjado, negro y blanco, estos colores se mezclan y se unen para trabajar la pasta. Con forme se trabaja, se sacan la piedras grandes para evitar que se fracture la pieza durante el quemado, así al día siguiente se le quita el agua. Se deja de 8 a 15 días para que se alise el barro (se pudra) y se queda otros 8 o 15 días para poder comenzar a trabajar con él.
Amasado: Es la aplicación del talco (desgrasante) a la pasta, este procedimiento se realiza sobre un petate en el piso, se mezcla la pasta y el talco para amasase (Imagen 9). Dependiendo de la pieza se agrega desgrasante fino (cerámica) o grueso (comales). Este trabajo se realiza en cualquier lugar de la casa, ya que no se necesita de maquinaria, sólo se requiere de objetos comunes como cubetas, petate, etc.
Moldeado: Es modelar la pieza, para este paso se utiliza el torno falso tanto en cerámica como en comales (Imagen 10-11). Este torno falso funciona como un molde, particularmente de la base de la cerámica. En el caso de los comales se utiliza el molde y debajo de él se coloca un plato hondo que funciona como torno. La técnica del torno falso consiste en girar la pieza con una mano y darle forma a la pieza con la otra. También se utiliza el torno de pedal, pero en éste no se pueden realizar todas las piezas (como los patojos).
Alisado y Bruñido: Una vez modelada la pieza se le aplica el engobe (alisado), que se realiza con un pedazo de tela húmeda. Posteriormente se deja secar la pieza durante ¿???. Ya seca se le quita los excesos de pasta con la ayuda de una tapa metálica (Imagen 12-13). El bruñido de la pieza se realiza con un cuarzo (Imagen 14-15), el cual se puede obtener incluso en los caminos de la comunidad. A este proceso le llaman “shima” y equivale a lijar.
Secado: Las piezas se dejan secar por dos o tres días, en el caso de los comales incluso dejan secar fuera de las casas, literalmente en las calles (imagen 16). El lugar en el que se secan no tiene espacio exclusivo, pues se trata de un lugar con clima seco, lo que ayuda a que no se tenga un cuidado extremo en las piezas.
Pintado: Este se aplica antes de meter la pieza a quemar, el material con que se pinta se obtiene de un óxido de color rojizo (Imagen 17) que se encuentra en la comunidad, su explotación indiscriminada ha hecho que ahora sea difícil de conseguir. El color se obtiene mezclando agua con el óxido molido (Imagen 18). El color se aplica con una tela mojada o con pinceles (Imagen 19) en la mezcla.
Quemado de la cerámica: Ya secas las piezas se llevan al horno. Hay dos formas de quemar las piezas. La primera, es la tradicional, en la que se colocan los comales (casi exclusivamente aunque también se pueden colocar piezas pequeñas) recargados unos frente a otro formando una fila de unos cuatro metros (imagen 20). Posteriormente se le colocan leños ardientes (principalmente de mezquite o cazahuate) para que vayan quemando los comales. Con la ayuda de dos ramas largas se mueven los leños para quemar los demás comales. Esta forma de quemado gasta una gran cantidad de madera, por lo que es cada vez menos practicada. La segunda forma de quemar las piezas, es mediante un horno cerrado a unos 800º C o 900º C (imagen 21). En este se coloca una base de fragmentos de piezas “malas” y sobre éstos se colocan las piezas que se van a quemar. De igual manera se colocan fragmentos de piezas malas para tapar el horno.
Desechos: Prácticamente no hay desechos de producción, pues las piezas rotas o malas son reutilizadas para tapar el horno o detener los comales.

Y las áreas de actividad ¿qué nos deja?

De acuerdo a lo observado en el taller artesanal, las áreas de actividad no son exclusivas de un lugar determinado, ya que en el mismo espacio se pueden encontrar trabajos de amasado, de secado, de pintado, etc. (Dibujo 1). De esta manera el término de área de actividad va más allá de una descripción e identificación de espacios como si se tratara de una producción sistemáticamente rigurosa. Con esto nos referimos a que las actividades realizadas en un taller artesanal (por lo menos en el actual) no están restringidas a un lugar determinado, a tiempo en el proceso y que sea realizado por sola una persona. Así se puede utilizar el término de área de actividad de una forma más amplia, permitiendo la posibilidad de conjuntar y relacionar las actividades realizadas dentro de un espacio flexiblemente utilizado.
En el caso del área de actividad de producción Manzanilla menciona que se relacionadas con diversas etapas de la fabricación (Manzanilla 1986:12), en este caso para el trabajo artesanal. Cabe mencionar que no todos las actividades realizadas dentro de la producción se encuentran en el interior del taller. Como el caso del quemado de las piezas, pues aunque el horno cerrado está dentro del taller, el quemado de los comales se realiza en otros espacios fuera del taller. De esta manera el horno cerrado sería menos complicado de localizar en un registro arqueológico y la forma en la que se realiza el quemado de los comales sería más difícil de identificar. Además hay que recordar que el uso del horno cerrado es relativamente reciente. Junto con el área de producción artesanal, dentro del taller se encuentran fogones que nos refieren directamente a la producción de alimentos, lo que nos indica que no solo las actividades de una misma producción se relacionan espacialmente, sino que incluso se pueden mezclar actividades diversas como la producción artesanal y la preparación de alimentos.
a)En el aprovisionamiento de materias primas (Manzanilla 1986:12), como el caso del desgrasante (se toma este caso ya que no se pudo ir a los bancos de arcilla) es una mina pero no presenta desechos, ya que el lugar de obtención esta relacionado directamente con el lugar de molienda del mismo. Esos fragmentos que podrían ser llamados “desechos” son almacenados sin límites arquitectónicos y los artefactos que se utilizan son de material orgánico (como el garrote), por lo que no quedaría en contexto arqueológico rastro de de él.
-En el caso del uso y consumo (Manzanilla 1986:12), la producción artesanal está dirigida casi en su totalidad a la venta, los artefactos que intervienen en este proceso son regularmente de materiales perecederos, excepto en el caso de los que son de metal, lo que claramente indica que son artefactos que sustituyeron a fragmentos de madera, piedra o de la misma cerámica.
Para la circulación e intercambio (Manzanilla 1986:12) las piezas pueden ser vendidas en el taller mismo, en un lugar fuera del taller o en los mercados cercanos (como el caso de los comales que se queman los viernes y se venden los sábados en el mercado de Tehuacán). Junto a la circulación e intercambio entra el almacenamiento (Manzanilla 1986:13). Por ejemplo el caso de las piezas, su almacenamiento está fuera del taller y funciona también como área de circulación. Y como ya vimos, el desgrasante se almacena en el mismo lugar en el que se muele o también se puede almacenar dentro de las casas de los artesanos, incluso se puede almacenar en diferentes etapas del proceso de molienda.
No existe directamente un área de desecho, pues los fragmentos son reutilizados para cubrir el horno, como base del mismo o como apoyo para los comales.

Lo que nos queda en un contexto arqueológico, a partir de lo observado en el taller realmente es poco. Williams (1994:202) menciona en su estudio sobre la producción alfarera sobre lo que es posible identificar, retomando y verificando que es un caso similar (grupos indígenas) es el horno, pues la quema de comales sería muy difícil de encontrar. El molde del comal podría ser identificado, mientras que los moldes con los que se preparan las demás piezas y además tienen la función como torno falso, se podrían identificar o tal vez confundirse con una pieza en proceso. Los artefactos y elementos como pinceles, las mesas, los trapos, la leña el garrote para la molienda, el cernidor y demás artefactos de material perecedero no serían reconocibles en el contexto arqueológico. Esto último nos obliga a reorganizar las estrategias de interpretación arqueológica para estar conscientes de los indicadores que podemos localizar, o no, en el proceso de registro e interpretación.



Conclusión

Revisando la investigación realizada en los Reyes Metzontla, la producción cerámica presenta algunas de las áreas de actividad descritas por Manzanilla (1986), pero no exactamente como según su texto se debería de encontrar. Adecuando las variantes con las que se presenta un espacio delimitado, nos permite observar no solo actividades de un tipo y para una producción determinada, sino que nos hace recordar que el pasado alguna vez fue dinámico mientras la sociedad que produjo la cerámica estuvo viva, y que a partir de los datos etnográficos, como arqueólogos estamos obligados a pensar en el contexto arqueológico como producto de acciones humanas y no como artefactos que se organizan espacialmente sin invadir el área del artefacto vecino.
Finalmente, hay que recordar que Cook de Leonard “hizo referencia a la importancia comparativa de la producción alfarera en la población de Metzontla, donde encontró semejanzas con la cerámica anaranjado delgado de san Juan Ixaquixtla, relacionando a los popolocas con la producción de esta cerámica en tiempos prehispánicos (Castellón, 2006:29, citando a Cook de leonard, 1953)”

Bibliografía

Binford, Lewis
2004 “Una Odisea Arqueológica” en En busca del pasado: descifrando el registro arqueológico, Crítica, pp. 103-116 Barcelona.
Castellón, Blas Román
2006 “Antecedentes de estudio en Chuta y Zapotitlán” en Chuta: el Cerro de la Máscara, CNCA-INAH, Colección Científica, Serie Arqueología, pp. 21-49
Fournier, Patricia
1995 “capítulo 1. La Investigación Etnoarqueológica en el Valle del mezquital: Aspectos Teórico-metodológicos” en Etnoarqueología Cerámica Otomí: Maguey, Pulque y Alfarería entre los Hnähñü del Valle del mezquital, Tesis doctoral en antropología, UNAM- facultad de Filosofía y Letras de Estudios de Posgrado, pp. 1-31, México, D. F.
Hammersley, Martyn y Paul Atkinson
1994 “Capítulo 5. Relatos nativos: escuchar y preguntar” en Etnografía, Métodos de investigación, traducción Mikel Aramburu Otazu, ediciones Paidos Ibérica, pp. 121-142, Barcelona, España.
Manzanilla, Linda
1986 “Introducción” en Unidades habitacionales Mesoamericanas y sus Áreas de Actividad”, Universidad Nacional Autónoma de México – IIA, Linda Manzanilla (editora), pp. 9-18
Stiles, Daniel
1977 “Ethnoarchaeology: a Discussion of Methods and Applications”, pp. 87-102
Williams, Eduardo
1994 “Organización del Espacio Doméstico y Producción cerámica en Huácinto, Michoacán” en Contribuciones a la Arqueología y Etnohistoria del Occidente de México, Eduardo Williams (editor), Colegio de Michoacán, pp. 181-225. México.

Sitios web consultados

Gámez, Alejandra
http://www.comunicacion.buap.mx/reportajes_especiales/reportaje_especial_alfareras.html página visitada el 27 de noviembre de 2008.

viernes, 12 de diciembre de 2008

Producción salinera




LA PRODUCCIÓN SALINERA EN LA COMUNIDAD DE ZAPOTITLÁN DE LAS SALINAS

Gustavo Jaimes Vences
Maria Teresa Pedraza Araujo
Luis Alonso Tetatzin Contreras




La producción salinera en Zapotitlán de las Salinas, Puebla es una labor de una larga tradición que puede remontarse incluso a tiempos prehispánicos. Un ejemplo de este trabajo en la actualidad es el denominado “las salineras grandes” cuyo dueño es el Sr. Eliborio Elorza de 80 años, quién señala que estas salinas se trabajan desde 1948. En total existen 29 salinas grandes y 6 salinas chicas, y hay en total 70 salineros. Cabe mencionar que esta actividad con el paso del tiempo se ha ido perdiendo, puesto que no proporciona grandes recursos económicos, tan solo el litro de sal se vende en 4 pesos, y esto no es suficiente para los habitantes de Zapotitlán es por ello que tienen que emigrar al Norte, para poder mantener a sus familias y esto ocasiona que esta tradición se este perdiendo, puesto que don Eliborio asegura que esta tradición se ha ido pasando de generación en generación desde la época prehispánica hasta nuestros días.
La técnica útilizada en Zapotitlán fue la evaporación solar. Un antecedente de la creación de los parajes salineros pudieron ser los charcos naturales que se formaban a la orilla del río, y de estos se obtenía la sal en forma natural.





Manantial utilizado para la alimentación de las salinas.


Para la producción de sal, primero se necesita el agua salada y esta se obtiene de los venéreos que están aproximadamente a 400 metros de las salinas grandes; posteriormente se realiza la canalización del agua salada para llevarla a los depósitos de las salinas y estos funcionan mediante la fuerza de gravedad; este canal requiere de mantenimiento el cual lo realiza el Sr. Eliborio Elorza durante todo el año. Es así como hacen llegar el agua salada a un estanque que mide 30 x 8 m y cuenta con una profundidad de 1.50 m, mediante el cual se distribuye el agua a los parajes o cuadros. Para la obtención de la sal se utilizan diversas herramientas de trabajo, como lo son las escobetillas (estas se extraen de la planta conocida como pata de elefante, estas miden 72 cm de largo aprox.) estas sirven para limpiar, barrer o lavar los parajes, el aflojador (es un palo de madera mide 1.69 cm de largo que en uno de los extremos tiene una pieza de metal que tiene la función de recogedor esta mide 30 x 28 cm) este sirve para aflojar y recoger la sal, una bolsa de ayate esta sirve para recoger la basura que esta flotando en los parajes, el cesto o canasto (hecho de palma este mide 1 m aproximadamente y con un diámetro de 80 cm ) donde se deposita la sal una vez que se extrae de los parajes, con una capacidad de 50 litros de sal, otra herramienta utilizada es la maquila (es un cajón de madera de 12 x 24 cm con capacidad de 5 litros) esta es utilizada para medir la sal y existen maquilas de diferente medida.

Canal de agua salada que nutre las salinas

El proceso para la obtención de sal es el siguiente:1) se limpian los parajes con las escobetillas 2)se le ponen 10 cm de agua y se deja reposar 10 días, el proceso se repite durante 40 días (4 veces). 3) se le quita la basura de encima con una bolsa de estopín 4) se deja reposar hasta que le salga una capa de nata.5) después se rocía con agua la nata para que empiece a granear 6) en seguida se hacen montones para recoger la sal esta primer cosecha es para el consumo humano 7) los desechos se dejan reposar para posteriormente sacar la sal de consumo animal (arrobas). El área de almacenamiento son cavernas elaboradas de piedra de tepetate estas son frescas durante el día y tibias durante la noche, se localizan cerca de los parajes de sal, y solo se usan para guardar la sal y las herramientas, estas cavernas miden aproximadamente de 5 x 6 m y como 2 m de altura. La producción de las Salineras de Zapotitlán, es una muestra fehaciente del sistema empleado en época prehispánica, sistema que ha perdurado durante los últimos 500 años (Sánchez, 1989:86).








ETNOARQUEOLOGÍA DE LAS SALINERAS
Los contextos arqueológicos generados por estas actividades (proceso de la producción de sal), se pueden encontrar en los diferentes áreas de actividad tales como son: desechos, área de almacenamiento, de producción, en los restos arquitectónicos, etc. Al observar el entorno se pudo apreciar que en las orillas del canal quedaban manchas blancas que son originadas por los restos de sal, y es muy probable que en un contexto se pudiera observar. Otro aspecto son los desechos de la limpieza de los parajes, que se localizan al lado de los cuadros, otro detalle que observamos son las salineras en proceso de abandono, lo cuál nos brindo un panorama muy amplio de cómo es que en el contexto arqueológico se puede observar estos deterioros en los cuadros o parajes, también vimos en el trayecto del camino restos de salinas abandonadas de las cuales solo se conservan las orillas de los cuadros, durante el camino nos encontramos con áreas de almacenamiento abandonadas de cuyas estructuras solo se conserva la fachada.

Consideramos importante el describir la forma de construir o elaborar los cuadros o parajes; puesto que en las salinas chicas se realizó un croquis de unas salinas abandonadas. Lo primero que se hace como nos indicó el Sr. Eliborio Elorza, se elige el espacio en que se van a construir los cuadros, posteriormente se coloca piedra de río sobre el piso, estas piedras se golpean con una especie de metate o metlapilli, esto tiene el objetivo de compactar las piedras al suelo y también crear en la superficie algo parecido como un apisonado, después se le agrega la cal encima y se muele para que quede compacta, el uso de la cal en la construcción de los cuadros es muy importante puesto que la cal mantiene la humedad de las salinas, también se usa el cemento pero este reseca la salina, y se tiene que dar mantenimiento constantemente.





El paso que sigue son las orillas en estas se colocan piedras llamadas pepesili y se ponen a nivel, estas piedras son una especie de lajas de forma rectangular de 20 x 15 cm aproximadamente con un grosor de 4 cm, estas piedras son difíciles de encontrar por ello hay personas que se dedican a buscarlas para venderlas posteriormente. Y es así como finalmente se lleva a cabo el proceso de construcción de los parajes.
En la actualidad, los estudios etnoarqueológicos han tomado un auge importante en la investigación arqueológica debido a que ha podido resolver enigmas que antes se ignoraban y ha derrumbado mito de la arqueología tradicional, como el hecho de que solo las mujeres elaboran la cerámica o que solo los hombres se dedicaban a la cacería.




Pero ¿Qué es la etnoarqueología?. Este concepto lo comenzó a utilizar Fewkes, a principios del siglo XX, y a partir de este autor otros más fueron dando sus propias definiciones quitando y agregando cosas nuevas al concepto. Así podemos mencionar la definición de Alfredo Gónzalez (2003) quién considera a la etnoarqueología como:

El estudio arqueológico de sociedades generalmente preindustriales, con el objetivo de producir una arqueología más crítica y menos sesgada culturalmente, de generar ideas que favorezcan el debate arqueológico y de contribuir al conocimiento de las sociedades con las que se trabaja, teniendo en cuenta sus tradiciones, ideas y puntos de vista.

Mientras que para Patricia Fournier (1999) considera a la etnoarqueología como una herramienta metodológica en la investigación arqueológica. El presente trabajo asume esta postura como propia para la realización de la investigación. Kramer (1985:77) menciona que el principal objetivo de la etnoarqueología es comprender la relación entre la conducta humana y los elementos de la cultura material que conforman el registro arqueológico (citado por Fournier. 1999:4). Las bases teóricas para la etnoarqueología son el uso de analogías derivadas de la observación del presente para ayudar en la interpretación de procesos y eventos del pasado (Watson. 1979:277). Para poder realizar esto, el arqueólogo se apoya en conceptos Schifferianos como desecho primario, basura, basura de facto, etc; así como en lo que Linda Manzanilla a definido como área de actividad, que es conceptualizada como la concentración y asociación de materias primas, instrumentos o desechos en superficies o volúmenes específicos, que reflejen actividades particulares (1986:11). Ella divide estas áreas de actividad en cuatro grandes categorías: producción, uso o consumo, almacenamiento, y de desecho. Así dentro de nuestro estudio localizamos áreas de producción dentro del rubro de preparación, áreas de uso o consumo dentro de la categoría de subsistencia familiar, de almacenamiento y de desechos.









Este proyecto de investigación toma un enfoque histórico directo (Fournier 1999) porque se realizó un estudio en un área geográfica determinada y se aplican las inferencias y analogías para explicar los eventos del pasado del mismo lugar.




BIBLIOGRAFÍA
Fournier G, Patricia.
1999 Etnoarqueología cerámica otomí: Maguey, Pulque, y Alfareria entre los Hñahñu del Valle del Mezquital. Tesis de Doctorado. UNAM-FFL. México.

Gonzales, Alfredo.
2003 La experiencia del Otro. Akal. Madrid.

Manzanilla, Linda.
1986 Unidades habitacionales mesoamericanas y sus áreas de actividad. Serie Antropológica:76. Arqueología. UNAM-IIA. México.

Sánchez V, Ma. De Jesús.
1989 “La producción de sal en un sitio del Posclásico tardío” en Arqueología. Revista de la Dirección de Arqueología del INAH. Segunda época.

Watson, Patty.
1979 “The Idea of Ethnoarchaeology: Notes and Comments.” En Ethnoarchaeology. Implications of Ethnography for Archaeology. Editor. Carol Kramer. Columbia University Press/New York.








martes, 24 de junio de 2008

Arqueología de Lotes Baldíos

El proyecto lotes baldíos, iniciado en 2006, tiene por finalidad la comprensión de los procesos de formación del registro arqueológico, a través de dos objetivos:
El estudio sociológico de las poblaciones actuales a través de los patrones de desechos localizados en los lotes baldíos, empleando las metodologías provenientes de la arqueología.
El análisis de la formación del registro arqueológico para formular principios generales desde el presente aplicables a las conductas del pasado.
El estudio se ha llevado a cabo en la ciudad de Tenancingo, en la comunidad de Santa Ana Ixtlahuatcingo, y en Chalmita, todas ubicadas en el sur del Estado de México.




Ubicación de Tenancingo y Santa Ana, en el Municipio de Tenancingo, Estado de México.
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Ensayos

Arqueología de un lote baldío en Chalmita, Ocuilan

Carolen Encastin, Laura Guadarrama, Miguel Ángel Guadarrama, Lorena Millán, Emilio Reyes, Maribel Rivas



Arqueología de lotes baldíos y el estudio de los procesos de formación
El estudio de lugares con construcciones que por un acto de abandono se encuentran en proceso de degradación, puede ayudar a entender cómo se forma el registro arqueológico. La importancia del estudio de lotes baldíos actuales, o en este caso lugares con estructuras abandonadas a las cuales el público tiene acceso, es que son un área de distintos tipos de actividad envolviendo uso público de espacio privado, presente en todas las ciudades, de los cuales el estudio arqueológico puede rescatar información a cerca de los sistemas urbanos pasados (Schiffer y Wilk, 1979:530).
En el estudio de lotes baldíos usaríamos la segunda estrategia de la arqueología conductual para la investigación arqueológica que dice: consiste en hacer preguntas generales en la cultura material presente en orden a adquirir leyes útiles para el estudio del pasado (Schiffer, Rathje y Reid s/f: p. 211). Estudios como este han sido realizados por arqueólogos conductuales, y precisamente nos basamos metodológicamente en uno de ellos que se titula “La arqueología de los lotes baldíos en Tucson, Arizona”, presentado por Richard Wilk y Michael B. Schiffer en 1979.
Este trabajo, presenta una descripción de dos lotes baldíos de poblaciones rurales en el sur del Estado de México a partir de los elementos metodológicos que se exponen en el trabajo de Schiffer y Wilk (1979: 531):
(1) Hacer un croquis del lote, mostrando todas las características principales incluyendo caminos, aceras, concentraciones de artefactos, y patrones de vegetación; (2) describir en términos generales los tipos y distribuciones de cultura material; (3) seleccionar unidades simples y registrar el inventario de artefactos en cada una; (4) formular hipótesis acerca del pasado y los procesos de formación; y (5) hacer observaciones adicionales, independientes, que son necesitadas para la comprobación de las hipótesis.

En este apartado se citaran algunos conceptos que necesitamos revisar para comprender el lenguaje utilizado en la explicación de nuestra área de trabajo; se mencionan de manera muy general, y por esta razón algunos conceptos se detallarán más delante. La arqueología, para quienes seguimos la arqueología conductual, está definida como el estudio de las relaciones entre la conducta humana y los artefactos (cultura material) en todo tiempo y lugar (Schiffer, 1975: 251).
Bajo este modelo de arqueología conductual veremos a la cultura como un sistema conductual de subsistemas autorregulatorios e interrelacionados que obtienen (procuran) materia, energía e información (Millar y Clarke, citados en Schiffer, 1990: 82), aclaremos que por autorregulatorios podemos entender que una variable se mantiene dentro valores específicos a pesar de cambios en el medio ambiente del sistema. Las variables que buscamos en esta investigación se mantienen (y por ello las estudiamos en el presente) bajo la ejecución de actividades que son una transformación de energía, que como mínimo implica una fuente de energía, que actúa sobre uno o más elementos (Schiffer, 1990: 82). Esas actividades transformaron elementos, es decir alimentos, instrumentos, instalaciones, maquinarias, seres humanos y todos los otros materiales que podrían enlistarse en el inventario completo de un sistema cultural (Schiffer, 1990: 83).
Esos elementos pueden estar en dos tipos de contexto: a) sistémico, si está participando de un sistema cultural, es decir, se está usando; b) arqueológico, si han pasado por un sistema cultural, es decir ya no se usan y están desligados de la conducta humana (Schiffer, 1990: p. 83). Entonces, a lo que nos enfrentamos en un lote baldío, es a elementos que están ya en contexto arqueológico, pues han dejado de pertenecer a un sistema conductual.
Otra manera de llamar a estos elementos es basura o desechos y se refieren a la condición posterior al desecho de un elemento, es decir a la condición de que ya no participa de un sistema conductual (Schiffer, 1990: 84). No todos los elementos se convierten en basura de la misma manera, y es por esta variable que podemos clasificarla principalmente en tres: basura primaria si se desecha en su lugar de uso, secundaria si el lugar de desecho es diferente al de uso (Schiffer, 1990: 90), o de facto si llega al contexto arqueológico sin pasar por actividad de desecho (Schiffer, 1990: 86), por ejemplo, por un abandono súbito de un lugar (a menudo son objetos con vida útil restante). Ahora bien, el conjunto de estos elementos o basura que han pasado por diversas razones del contexto sistémico al arqueológico, forman el registro arqueológico que es con lo que trabajamos.
Para que este registro arqueológico se forme son necesarios ciertos procesos que se pueden clasificar en dos: a) Procesos normales, que son el desecho (basura primaria y secundadria), deposición de la muerte (prácticas funerarias), pérdida (proceso imprescindible y aleatorio de pérdida de elementos que se extravían); y b) procesos de abandono, que pueden ser súbito, si el contexto sistémico se ve abandonado de manera repentina por una situación concreta (dando lugar a grandes cantidades de basura de facto) o paulatino si el contexto sistémico se va abandonando con plena conciencia de quien lo abandona quien lo hace poco a poco (dando lugar a poca basura de facto) (Schiffer, 1987).
Este registro arqueológico no es estático, pues se ve transformado por procesos de formación que son factores naturales, ambientales o culturales que van deteriorando o transformando al registro arqueológico desde que fue formado hasta que lo encontramos. Es por estos procesos de formación que al encontrar objetos en los lotes que estudiamos no podemos recurrir a la asociación simple o recurrente para dar una explicación, es decir, no podemos asociar los objetos por su proximidad uno al otro o simplemente porque por lo general se encuentra asociado uno a otro, tal como lo hacía la nueva arqueología (Binford 1964) o como lo sigue haciendo la arqueología tradicional. En lugar de esto, nuestro estudio debe tomar en cuenta qué procesos de formación influyeron para que ciertos objetos llegaran hasta donde los encontramos, provocando así el fenómeno conocido como principio de disociación (Schiffer, 1987).
Los procesos de formación pueden ser culturales (regidos por leyes de transformaciones “c”) si se refieren a conductas humanas que hacen que los artefactos vallan del contexto sistémico al arqueológico (pérdida, abandono, deposición, etc.), o no culturales (regidos por leyes de transformaciones “n”) si son variables del medio ambiente que actúan sobre los materiales depositados culturalmente, como la erosión eólica, movimiento por animales, etc (Schiffer, 1975).
Algunos procesos de formación que reducen la basura de facto en contextos arqueológicos son los siguientes:
a) Conducta de curaduría: Transporte de elementos, a cargo de los propietarios de esos objetos materiales, al siguiente lugar de ocupación en el momento de abandono de un sitio (Schiffer, 1988: 14)
b) Ciclaje lateral: Es la transferencia de objetos usados de un usuario a otro. Se da durante la mudanza cuando los usuarios venden o regalan objetos en vez de llevarlos o dejarlos como basura de facto (Schiffer, 1988: 15).
c) Reducción: Las unidades domésticas reducen sus inventarios sus inventarios sistémicos por diversas razones, como por ejemplo, cuando los habitantes se percatan de que abandonarán su morada y reducen los inventarios sistémicos (Schiffer, 1988: 15).
d) Rescate de desechos: La gente que se queda donde un lugar se abandonó, rescatan desechos que constituían basura de facto (Schiffer, 1988: 15) (a diferencia de los anteriores tres que se dan por lo general en abandonos paulatinos, este puede darse más en casos de abandono súbito).
e) Coleccionismo o saqueo: El asentamiento que se abandonó es una fuente de materiales valiosos para coleccionistas (Schiffer, 1988: 16).
Algunos procesos de formación no tan enfocados a la reducción de basura de facto pueden ser los siguientes:
a) Depósitos rituales: En muchas culturas las casas donde un individuo muere son abandonadas (Schiffer, 1988: 17).
b) Usos Post-abandono: Una estructura vacía es una invitación abierta para que los niños y vándalos jueguen y para que los viajeros o intrusos la tomen como residencia (Schiffer, 1988: 17). c) Basura Secundaria: A menudo las estructuras abandonadas son utilizadas para disponer de la basura producida en otros lugares (Schiffer, 1988: 18)
d) Derrumbe post-ocupacional y acción fluvial: A diferencia de todos los ocho procesos de formación anteriores, que son transformaciones “c”, este es una transformación “n”. Se refiere a una gran cantidad de sedimentos que se quedan cuando las estructuras se derrumban y además de ello, pueden ser arrastrados hasta ese lugar otros objetos por acción fluvial o eólica (Schiffer, 1988: 18)
e) Perturbaciones Postocupacionales: Se refiere a todos aquellos procesos culturales o no culturales que no encajan en ninguna de las otras clasificaciones (Schiffer, 1988: 18).

Por último dentro de este marco conceptual y antes de proceder a nuestro estudio particular, es importante volver al texto que mencionamos de Wilk y Schiffer, y señalar brevemente los usos que ellos describen para los lotes baldíos, de esta manera podemos comparar esos usos con los que nosotros pudimos encontrar en nuestro estudio.
a) Viaje (paso): Una de las características culturales más evidente en los lotes baldíos es la presencia de ciertos senderos para cruzar a pie o en bicicleta; las personas que usan esos senderos desechan ciertos artefactos que dejan de ser útiles para ellos en ese momento como envolturas o colillas de cigarro (todo esto conocido como basura de procesos “en tránsito”) (Schiffer, 1979: 531).
b) Deposición de Desechos: Se refiere al uso del lote baldío para colocar desechos, por lo general a lo largo y al final de los caminos que lo delimitan; muchos factores, como la proximidad al lote, disponibilidad del transporte, y la cantidad de desecho producido, determinan si los individuos escogerán el lote baldío para depositar sus desechos (Schiffer, 1979: p. 531).
c) Almacenamiento: Muchas veces se encuentran materiales voluminosos depositados de manera ordenada en los lotes baldíos (vigas, ladrillos, arena, y materiales de baja calidad). Estos materiales pueden ser abandonados durante ese almacenamiento, a lo que llamamos proceso de almacenamiento-abandono (Schiffer, 1979: p. 532).
d) Usos relacionados con automóviles: Cuando los lotes se encuentran en zonas transitadas y cercanas a zonas residenciales, puede ser que se usen como estacionamiento, o incluso para exhibir automóviles a la venta (Schiffer, 1979: 532)
e) Juego de niños: Los niños pueden realizar actividades destructivas en los lotes baldíos que no pueden hacer en sus casas. En los lotes baldíos de Tucson incluso se encontraron pequeñas construcciones hechas por niños para sus juegos (Schiffer, 1979: 532).
f) Juego de adultos: Lotes baldíos más lejanos de las viviendas o más escondidos pueden representar una gran oportunidad para que en ellos se realicen actividades ilegales. Concentraciones de botellas de vino y latas de cerveza reflejan actividades de jóvenes y adultos, así como los cartuchos gastados indican la práctica de puntería en estos lugares (Schiffer, 1979: 532).
g) Campamento: Personas sin hogar pueden acampar en lotes baldíos (Schiffer, 1979: 532).
h) Procesos de remoción y no culturales: Se refiere a todas las transformaciones “n” que ocurren en el lote baldío por acción del medio ambiente y que lo modifican (Schiffer, 1979: 533).
A continuación a partir de los principios descritos, evaluaremos la información arqueológica recuperada en dos lotes baldíos unapoblaciones rural del sur de Ocuilan, Estado de México.

Un lote baldío en Chalmita



El lote investigado se localiza en la población de Chalmita, en el Municipio de Ocuilan, Estado de México. Se trata de un lote que se encuentra al noreste del centro de la comunidad y la cual era ocupada en su sección central por una casa de adobe. El lote en la actualidad tiene de 15 por 9 metros aproximadamente, rodeado por calles en sus extremos sur, este y oeste. En el lote se aprecian los muros y cimientos de una unidad habitacional que existió hace algún tiempo, según información de la propietaria del lote la casa cuenta con más de 15 años de que fue abandonada, y se nota en su estado, ya que sus paredes están colapsadas. Hay que señalar que es un terreno de propiedad privada, con mucha vigilancia por parte de sus propietarios que viven junto al mismo.
La casa se encuentra constituida por tres habitaciones, aunque al norte de la parte que estudiamos hay cimientos de lo que puede ser otra casa o bien, estructuras de la misma. De las tres habitaciones que reconocimos, solo una (la número 1) tiene sus cuatro muros de adobe con rajueleado (entendemos por este término el uso de fragmentos cerámicos en la juntura de un adobe con otro) bien reconocidos y de altura considerable (2 o 2.5m. aproximadamente en su parte más alta) además de presentar gran cantidad de vegetación seca sobre los muros y al interior; una segunda habitación (la número 2) es por medio de la cual hay más tránsito pues carece de muros reconocibles e incluye restos de ceniza en su parte central; y por su parte la tercera habitación tiene muros reconocibles, aunque de muy baja altura (de 50 a 70 cm. en su parte más alta), presentando en su interior varias rocas apiladas y otro montón de cenizas, cabe resaltar en esta misma habitación la presencia de un pequeño muro en la esquina noroeste. En comparación con la casa de santa Ana podemos resaltar un detalle: la ausencia casi total de basura secundaria, lo cual se tratará a detalle en un apartado posterior.

Estado de los restos arquitectónicos
Tiene sus 4 muros de adobe con rajueleado, con una altura aproximada de 2 a 2.5 metros aproximadamente en su parte más alta.
En el muro este, se encuentra una abertura cuadrangular que supimos que se trataba de una ventana (de 1.4 m. de ancho), pues su nivel está por encima del piso a diferencia de las puertas que son muy parecidas. Por su parte en el muro oeste se encontró una puerta que comunica esta habitación con la número dos.
El mayor desgaste en sus bien reconocidos muros es en las esquinas superiores, inferimos que por acción de la lluvia, pues se ven incluso redondeados en sus bordes por acción de erosión fluvial (proceso de transformación no cultural). Al interior se encuentra cubierto por vegetación alta, aunque en el momento de nuestro estudio, ésta se encontraba casi seca dando la apariencia de solo ramas sin vida; consideramos que esto se debe a otro proceso de transformación no cultural, pues por ser el único lugar resguardado de condiciones ambientales agresivas (como el viento o agua en exceso y el rayo directo del sol en algunas horas del día; incluso el tránsito de personas o animales) por los muros que quedan en pie. La presencia de vegetación también es notoria sobre los mismos muros de adobe a manera de pequeñas ramitas que salen de ellos, el proceso que origina este fenómeno es quizá la acción eólica que arrastra pequeñas semillas que logran penetrar dentro de los suaves bloques de adobe, donde se “siembran” y empiezan a crecer dejando ver sus ramas como recubrimiento de los bloques de adobe.
El muro de la parte sur de la misma habitación contiene dos elementos que nos dan bastante información. El primero de ellos es una mancha negra al interior de la habitación que aparentemente se veía como un musgo, aunque al tocarlo nos dimos cuenta de que eran restos carbonizados, lo que nos llevó a concluir que al interior de esta habitación se llevó a cabo un proceso de transformación cultural que consistió en la quema de algún material, muy probablemente basura, pues aunque no encontramos las cenizas de esa quema, podemos relacionarlo por los otras evidencias de quema en las otras habitaciones; no podíamos hablar con esos restos de quema de un incendio total de la casa pues es muy pequeña y no hay otros elementos que hagan evidencia de un incendio mayor.
El segundo elemento importante del muro de la parte sur es un pequeño trozo del antiguo revestimiento original en la parte inferior interna del mismo. Más adelante se hablará de la naturaleza de dicho revestimiento por otras muestras encontradas en otras habitaciones. En el suelo de esta habitación se encontraron fragmentos de teja que muy probablemente pertenecieron al techo original de la casa.
Por último, dentro de este aspecto arquitectónico hay un aspecto importante. Se trata de la presencia de tres orificios pequeños (de 10 a 15 cm. aproximadamente) de forma triangular que se presentan en la esquina noroeste (sobre el muro oeste), noreste (sobre el muro norte) y sureste (sobre el muro este). Al no conocer sobre su función tratamos de averiguarlo entre los pobladores del lugar, a lo que el testimonio de uno de ellos, respondió diciendo que mientras construyen las casas de adobe, esos orificios son el lugar de trozos de madera que se ponían como andamios para facilitar su construcción; el mismo entrevistado nos dijo que la razón de que estén huecos, es porque se pudre la madera que estaba en esos lugares, dejando solo lo que observamos en el muro; puede tratarse de algún tipo de ventilación
Arquitectónicamente hay muy poco que rescatar en esta habitación, aunque de ella es de la que tomamos nuestra unidad de muestra de materiales. Los muros sur y norte de esta habitación son imperceptibles, ya que quedaron cubiertos por grandes cantidades de tierra, la cual probablemente es producto del mismo colapso de los muros de adobe, pues pudimos observar en toda la construcción que donde hay colapsos de muros hay grandes cantidades de tierra. Esos montones de tierra que cubren los posibles cimientos de ambos muros, tienen forma de montículo redondeado por acción de procesos de formación culturales (en el sentido de que es la principal zona de tránsito del lote) y no culturales en su mayoría (tales como la acción del viento y el agua).
Los muros este y oeste son compartidos con la habitación 1 y 2 respectivamente. Cabe señalar que en el muro este se encontraron clavos incrustados a una altura aproximada de 1.20m sobre el nivel del piso, que por sus condiciones, estos elementos parecen haber sido parte del inventario artefactual sistémico original. Esta habitación se comunica por medio de lo que parecen ser puertas con las habitaciones 1 y 2.
Esta habitación, al igual que la primera, presenta sus cuatro muros bien identificables, con una altura aproximada de 50 a 70cm. aproximadamente en sus partes bajas a 1.20 m. aproximadamente, desde el nivel del piso, en su muro más alto (muro oeste).
Al igual que en la habitación número dos es muy notoria la presencia de grandes montículos de tierra, principalmente en la parte norte y en el límite noroeste; éste último indica una importante zona de tránsito pues es la única entrada al lote desde el lado oeste. En el muro este hay una puerta que lo comunica con la habitación dos, de dimensiones parecidas a la puesta que comunica a la habitación uno con la dos.
Otro espacio estuvo formado por un pequeño muro en la esquina noroeste de la habitación. Con una altura aproximada 50cm. y longitud de 1.5 por 1m la esquina sobresalía claramente como una pequeñísima habitación dentro de la habitación mayor. Algunas de las hipótesis que formulamos sobre el uso de ese lugar fue que en realidad fue una pequeña habitación que se usó de almacén, o que ese muro fue simplemente un agregado (o “doble muro”) que marcaba la entrada a la casa a diferencia de la continuidad del muro; muy probablemente, teniendo datos etnogfráficos se puede referir a un “cuarto de ducha”; más delante en las hipótesis le llamaremos a este espacio la unidad 4.
Además de todo lo que ya se mencionó, fue en esta habitación donde rescatamos una importante muestra del aplanado original de la casa.

Distribución de restos materiales
Habitación 1
En la habitación 1 más que haber elementos materiales, hay una excesiva cantidad de vegetación que hace incluso difícil la entrada, a la habitación misma (ya se explicó el proceso que intervino para ello). Esto nos deja pensar que la misma vegetación ha servido de protección para algunos elementos que se encuentren cubiertos por ella, tal vez basura primaria, secundaria o de abandono, que son objetos que se dejan al abandonar el lugar por diversos factores como su poco valor, su peso, o la capacidad de carga de quien abandona el lugar (Schiffer, 1988).
A nivel de superficie lo que se pudo observar fue predominantemente trozos de tejas, y fragmentos mínimos de madera muy dispersos, lo que podemos catalogar como basura de facto, teniendo en cuenta que formaban parte del techo, y aunque no están en su lugar de uso original por los procesos de formación no culturales (refiriéndonos a todos los factores naturales que llevaron al colapso de la casa por abandono), los incluimos dentro de esa categoría porque formaban parte de la construcción; se podrían considerar también como basura de abandono pues se dejaron ahí junto con la casa.
Hubo solo una evidencia de basura y se trata de un trozo de papel higiénico de 10 a 15 cm. de longitud. Con esto podemos comprobar uno de los usos que Schiffer caracteriza en su estudio y le llama “viaje” o “paso” (véase marco conceptual). Ese trozo de papel higiénico pudo tener dos formas de llegar ahí: la primera es los procesos “en tránsito” que el mismo Schiffer menciona en su estudio (Schiffer, 1979: p. 531), y se re refieren a objetos que deja de usar la gente al pasar por el lugar y los desecha en ese sitio convirtiéndose en basura primaria; la segunda forma es que ese trozo de basura halla sido basura primaria o secundaria en otro sitio y por su peso tan escaso halla sido víctima de un proceso de formación “no cultural” al ser arrastrado por el viento.
Por su parte la habitación 2, a pesar de ser la principal zona de tránsito (y por lo tanto está propensa a procesos en tránsito), no encontramos gran cantidad de elementos materiales, solo basura que probablemente fue parte de la misma construcción; el único lugar del que se pudo rescatar un poco de información, fue de nuestra unidad de muestra, pero eso se tratará en el apartado siguiente. Un elemento importante que podemos considerar como basura de abandono o basura de facto es los clavos encontrados sobre el muro estede la habitación 1 del lado perteneciente a la habitación 2.
Al igual que en los otros cuartos, la habitación 3 encontramos elementos de la misma naturaleza (tejas, y madera como materiales de la casa) de los cuales damos la misma explicación. Hay una concentración de rocas aparentemente acomodadas al centro del lugar, casi todas son uniformes en sus dimensiones (15cm. por 15 cm. aproximadamente) pero destacan tres rocas de mayores dimensiones (como cuatro o cinco veces mayores que las rocas pequeñas), muy cerca de las pequeñas. No tenemos seguridad del uso de las mismas pero se ven apiladas como para formar un fogón. Tal vez en algún momento, las rocas formaron parte de la construcción, pero es evidente que se cambiaron de lugar intencionalmente por lo que descartamos que sean basura primaria o de facto. Más bien estas pueden ser parte de lo que Schiffer conoce como procesos de almacenamiento-abandono al hablar del uso de los lotes baldíos para almacenar objetos que tal vez nunca se vuelven a usar (Schiffer, 1979: p. 532). Es necesario que tengamos mucho cuidado con lo que esto significa, pues consideramos necesario recalcar que no podemos atribuir este hallazgo a un contexto de actividad de la casa original, pues se ve claramente como lo que Guevara llama un agregado post-abandono. Con esto nos referimos a que son objetos que, aunque aparentemente podríamos asociarlos con actividades originales de la casa, no corresponden a ello sino a una actividad post-abandono llevada a cabo en el mismo sitio (Guevara, 2008).
Otro elemento sobresaliente encontrado en la zona del fogón es un mango de sartén (Fig. 15). Al encontrarlo la primera idea que se nos vino a la mente fue de que se trataba de un objeto usado en el fogón mismo por alguna persona que cocinó algún alimento en el lugar, pero esto es recurrir al principio de asociación recurrente de Binford. Tomando en cuenta el principio de disociación de Schiffer, no solo manejamos loa hipótesis de que es basura de facto por asociación recurrente, sino que también manejamos la hipótesis de que pudo haber sido parte de la basura secundaria que según nuestra hipótesis principal, que se mostrará después, se lleva a quemar a ese lugar.

Recolección sistemática
Dentro de la habitación 2 se realizó una recolección sistemática de un círculo de 1m de radio. El círculo se dividió en cuadrantes para la catalogación espacial de los artefactos registrados.
Cuadrante Noreste.

En este cuadrante encontramos rocas de distintos tamaños ya que posiblemente hubo un intemperismo físico provocado por el cambio brusco de temperatura pues hay evidencia de que fueron sometidas a fuego, ya que se observó la presencia de un fogón; ese intemperismo muy probablemente fue la causa del rompimiento de muchas de ellas. Ya mencionamos en el apartado anterior una hipótesis sobre el porqué de ciertas rocas en la habitación 3, en este caso puede aplicarse la misma hipótesis; pudieron haber sido parte de la casa, pero evidentemente fueron transportadas con la finalidad de darles un ciclaje lateral y usarlas como rocas del fogón, convirtiéndose así en un agregado post-abandono ya que es muy improbable que ese fogón se halla usado durante la ocupación de la casa.
Otro elemento encontrado fueron trozos de madera, algunos un poco quemados; podemos hacer la misma observación que con las rocas: esa madera pudo haber o no pertenecido a la casa, pero es evidente que alguien la transportó hasta ese lugar precisamente (el fogón) para utilizarla como combustible en una actividad de quema de basura secundaria en un uso del lote como refugio para alguna persona que necesitaba calor, entonces, nos referimos a elementos que también forman parte de agregados post-abandono. No a toda la madera se le puede dar esa interpretación, ya que existen pedazos sin evidencia de quema como algunas ramas, que pudieron llegar hasta ese lugar como parte de un proceso no cultural arrastrados por el viento.


Unidad de recolección


Se encontraron también pedazos de teja, que seguramente pertenecieron a la construcción que tenía techo con tejas. En este caso, el inventario artefactual sistémico fue reducido por conductas post-abandono, pues lo que encontramos fueron solo algunos pedazos, por lo que podemos inferir que gran parte de esas tejas (en general las que estaban completas) se reutilizaron en otras casas por medio de un proceso de ciclaje lateral. En el caso de los pedazos que encontramos en este y en otros cuadrantes, es decir, en el área del fogón, también en algún momento se ciclaron lateralmente por las personas que quemaron algún tipo de elementos; nos referimos a que muy probablemente las utilizaron para cubrir el fogón y así no permitir que se les escape el fuego para tener mejor dominio sobre él. No descartamos la posibilidad que al igual que los demás elementos, algunos pedazos de teja hayan llegado hasta ahí por procesos no culturales como el mismo colapso de la casa.
Cuadrante Sureste
En este se encontraron objetos de la misma naturaleza que en el cuadrante noreste, por lo que vemos innecesario volverlos a mencionar.
Algo sobresaliente en este cuadrante fue una gran concentración de ceniza. Esto pudo ser originado por una concentración más alta de elementos materiales (muy probablemente materia orgánica) en esa zona, que al ser quemados se convirtieron en ceniza; no podemos decir que es toda la ceniza que debería encontrarse en ese lugar, pues obviamente por procesos no culturales como la acción del viento, mucha ceniza es arrastrada hacia otros lugares o dispersada en la misma zona; además de esto, la conducta de limpieza (de la hablaremos en nuestra hipótesis final), pudo retirar evidencias de quema de materiales. Con esto concluimos que en esta zona, principalmente hay evidencia de restos materiales quemados convertidos en ceniza, por lo que probablemente es el principal lugar de quema (post-abandono).
Cuadrante Noroeste
De nueva cuenta, encontramos elementos de la misma naturaleza que en los anteriores cuadrantes. Un elemento sobresaliente que se encontró es un fragmento de asbesto. Sabemos, por la manera en que se construyen este tipo de casas, que no es un material muy utilizado. Entonces tenemos dos posibilidades: 1) Al igual que otros materiales de construcción encontrados en la zona, pudo haber sido parte de la construcción y llevado hasta ahí para darle un ciclaje lateral o simplemente por un proceso no cultural; y 2) Este material pertenece a otro lugar pero fue considerado desecho por alguien, por lo que fue llevado hasta ahí como basura secundaria, junto con otra basura que fue quemada.
Si la segunda opción es la correcta (y teniendo la pista del mango de sartén en la otra habitación), esto nos da pautas para aseverar que la mayoría de las evidencias de quema dentro de toda la construcción son conductas de personas que van a deshacerse de sus desechos quemándolos en ese y otros fogones de la casa.
Cuadrante Suroeste
Casi no sobresalen elementos importantes que no hayamos mencionado ya, solo la presencia de un gran terrón que parece haber pertenecido a un bloque de adobe de la construcción original. Con esto podemos darnos cuenta de varios procesos que influyen en el colapso y dispersión de los materiales de la casa, que pueden ser tanto culturales como no culturales.

Hipótesis Generales
En este apartado presentamos, a manera de conclusión, algunas hipótesis sobre el estado arquitectónico original, sobre el abandono de la casa, sobre los procesos de reocupación (en comparación con los que Schiffer propone en su trabajo de lotes baldíos), y sobre procesos de formación que en este caso no permitieron la basura en el lote.
Hipótesis sobre el Abandono
Es necesario establecer los tipos de abandono y otros conceptos útiles antes de hacer nuestra hipótesis. Linda Manzanilla reconoce dos tipos de abandono: a) Súbito (contextos locus agendi): En los casos en que la gente intenta, con o sin éxito, escapar de alguna eventualidad natural o humana, estos contextos representan las últimas acciones que se estaban llevando a cabo (Manzanilla, 1993: 17); estos son contextos muy ricos en basura primaria y de facto principalmente. b) Paulatino: Se deben a fases de desertificación, desertificación, salinización de los suelos, y otras situaciones parecidas en las que la gente que habita el sitio tiene tiempo de escoger las cosas que llevará consigo dependiendo de muchas variables como la portabilidad del objeto, un valor especial, la capacidad de carga, el tamaño del viaje, etc. (Manzanilla, 1993: 17)
Teniendo ya en cuenta los tipos de abandono, Guevara reconoce varias actividades que se llevan a cabo antes, durante y después del abandono. Guevara denomina actividades originales a aquellas actividades humanas que eran realizadas con cotidianidad y que tomaron lugar antes del fenómeno del abandono, en segundo lugar menciona las actividades de abandono estas se refieren a todas aquellas conductas intencionales que prevén el abandono y conduce a llevar a cabo prácticas singulares que podemos englobarlas en los siguientes procesos:
La reducción o disminución de los hábitos de limpieza
Conducta de curaduría.
Practicas de ciclaje lateral.
Conductas de reducción
Labores como lo son el sellado y tapiado de ciertas áreas.
Distintos rituales de terminación.
En tercer lugar Guevara reconoce las actividades post-abandono estas se refieren a actividades efectuadas con posteridad al abandono que involucran no solo conductas de perturbación como el saqueo y el desmantelamiento, sino también actividades de ofrendamientos e incluso reocupaciones de diversa índole (Guevara, 2008).
En este caso, nosotros encontramos en esta casa de Chalmita muy posiblemente un abandono paulatino debido a la ausencia de basura de facto (que también pudo ser reducida por actividades post-abandono) y de elementos que reflejen la última actividad que se llevó a cabo en la casa. Nos enfrentamos a un abandono diferencial, es decir, que solo algunas partes de la población se han abandonado. Por las situaciones del pueblo en general no podríamos hablar de un abandono súbito, porque en ese caso la mayoría de la población habría abandonado el lugar dejando atrás un contexto pompeyoide.
Seguramente hubo varias actividades de abandono de las que precisa Guevara que llevaron a cabo las personas al dejar su casa, pero es imposible para nosotros reconocer dichas actividades debido al inventario artefactual tan reducido (incluso casi nulo). Podemos hablar, entonces que las actividades de abandono en conjunto con las actividades post-abandono (en especial la conducta de limpieza, de la que hablaremos en otra hipótesis) nos llevan al inventario tan reducido al que nos enfrentamos. El abandono paulatino de esta casa la ha llevado al estado arquitectónico tan deplorable que ya describimos en un apartado anterior, y las conductas post-abandono dejan como resultado el lugar tal y como lo registramos.
Hipótesis sobre los procesos de formación
Debido a que casi no encontramos artefactos ni de la ocupación original de la casa, ni de actividades post-ocupacionales del lote, nuestra información sobre conductas que se llevaron a cabo en el lugar es muy escasa.
Sin embargo, gracias a la información que nos proporcionó la dueña del lote, pudimos elaborar una hipótesis:
o La conducta de limpieza post-abandono, que definimos como todas aquellas actividades de mantenimiento y retiro de basura secundaria, primaria y/o de facto en el lote baldío, ocasiona que el inventario artefactual sistémico de las actividades originales o post-ocupacionales en el lote, se vea muy reducido o nulificado por completo.
También tenemos una explicación a que en este lote baldío se halla dado esta conducta de limpieza, ya que no es muy común en los lotes baldíos. Para ello es necesario retomar a Schiffer, que habla sobre el paradigma de propiedad en los lotes baldíos:
Las áreas públicas están abiertas al uso público (con algunas restricciones), y las áreas privadas están bajo dominio privado del cual el público está legalmente excluido (con excepciones dadas por acuerdos con contratos). Los lotes baldíos no ejercen este paradigma de propiedad y uso, porque muy a menudo están usados como propiedad privada sin restricciones o contratos con el público (Schiffer, 1979: 534).
Lo que tenemos en esta situación, es que la casa no rompe el paradigma de propiedad como lo hacen los lotes baldíos comunes, sino que más bien sigue bajo dominio privado, pues aunque no tenga cercado, los propietarios tienen una vigilancia muy estricta sobre su lote (que incluso nos ocasionó dificultades en nuestra investigación que no nos permitieron registrar muchos elementos a profundidad).
Con esta hipótesis podemos enriquecer el trabajo de Schiffer sobre procesos de formación cultural sobre actividades post-ocupacionales, agregando la siguiente hipótesis:
En abandonos discontinuos, si el terreno abandonado pasa a ser propiedad de alguna persona o grupo, las perturbaciones post-ocupacionales serán solo a cargo de los propietarios del terreno (teniendo este control mediante vigilancia) y éstos a su vez pueden tener conducta de limpieza que borra toda evidencia de actividad en ese sitio.


Hipótesis sobre las reocupaciones del sitio
Teniendo como base los usos de reocupación de lotes baldíos que Schiffer encontró para los lotes baldíos de Tucson, Arizona (mencionados en el marco conceptual), encontramos los siguientes usos en nuestro lote baldío:
a) Viaje (Paso): Se observan varias zonas de tránsito en el lote, tanto para ingresar a realizar actividades (quema de desechos y conducta de limpieza), o para pasar de la calle al sur del lote a la que está al oeste del lote como si fuera un atajo, o viceversa.
b) Deposición de desechos: Encontramos una variante de este uso de los lotes baldíos al ver evidencia de fogones que posiblemente sirvieron para quemar basura secundaria de naturaleza desconocida, pues no tuvimos mucha evidencia de los mismos desechos quemados gracias a procesos de formación no culturales, como la acción del viento o agua, y principalmente a que la conducta de limpieza tal vez organizó actividades de retiramiento de desechos ya quemados. Podemos concluir entonces que los dueños del lote o personas con autorización, dan un uso al lote como depositario de basura, por lo menos en lo que lo acondicionan para una nueva construcción; la diferencia radical en este uso como depositario de basura, es que ésta es quemada y se retiran todos los desechos resultantes de la quema, junto con la basura de “procesos en tránsito” hacia otro lugar. Podemos decir que al mismo tiempo que se usa de depositario de basura, al ser procesada ésta, los mínimos restos se vuelven a retirar o influyen procesos no culturales para que deje de tener este uso.
c) Almacenamiento: La apilación de rocas en la habitación 3 pudiera ser resultado de “procesos de almacenamiento temporal” ya que en algún momento alguien pudo haber pensado en darle ciclaje lateral a esos elementos y ahí siguen como basura secundaria resultante de los procesos mencionados.






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Abandono y colapso y de una casa de adobe en Santa Ana, Tenancingo
Blanca González, Martha Hernández y Alma Vázquez


Santa Ana Ixtlahuatcingo, es un poblado inmediato y dependiente del Municipio de Tenancingo, al sur del Estado de México. El lote investigado se ubica sobre la carretera principal que cruza la población, muy cercana al centro. Las casas tradicionales, que datan de los años 30s del siglo XX, están construidas de adobe con techos de viguería de madera y tejas. A un año de estar escribiendo este trabajo, una de estas casas, construida hace más de 80 años, se derrumbó tras una intensa lluvia, dando la oportunidad de registrar no sólo los procesos que llevan al colapsamiento de una casa, sino el uso que se hace de un espacio tras un año de haberse vuelto un terreno baldío.
Croquis de casa en Santa Ana

El colapso de la casa puede ser atribuido básicamente a un largo periodo de abandono de la residencia sin que se llevaran a cabo actividades de mantenimiento. En este caso intervinieron básicamente procesos de formación cultural, los cuales describen procesos culturales del registro arqueológico (Schiffer 1975: 836-869). De acuerdo con nuestra observación y con una entrevista dirigida realizada la dueña actual de la casa llegamos a la conclusión de que se trata de un proceso de abandono paulatino durante aproximadamente 16 años. En los primeros siete años, la casa dejo de ocuparse como residencia y comenzó a usarse como bodega, almacenando cosas del trabajo del dueño, quien repara camiones, como por ejemplo llantas, botes de aceite entre otras. En el transcurso de ese tiempo se le dio mantenimiento a la casa. Los ocho años restantes se abandono súbitamente porque ya no ejercían el mantenimiento a la misma y se usaba intermitentemente como almacén, por lo cual comenzaron a actuar principalmente procesos de formación natural (no culturales), que son descritos como transformaciones “n”, que especifican la interacción entre los materiales depositados culturalmente y las variables del medio ambiente que actúan sobre estos materiales (Schiffer 1975: 836-869). Y hasta hace un año se desplomó el techo junto con la pared frontal a causa del efecto fluvial. En el caso de la casa de adobe intervinieron los efectos fluviales, erosivos y la acción eólica, así como la humedad sobre el adobe y la madera, que contribuyeron directamente al colapso del techo y de un muro de carga.
Una vez colapsada la edificación, los dueños de la casa, ahora en ruinas, realizaron el rescate de los elementos útiles del interior, dejando objetos que no emplearían, dando por resultado que estos elementos quedaran como basura de abandono. Otros elementos, a los cuales se les otorgó un alto valor fueron rescatados de los escombros. Tal fue el caso de una gran cantidad de tejas y vigas de madera (ambos con una vida útil larga), que originalmente formaban parte del techo. En la zona de acceso que se encuentra un agrupamiento de vigas y tejas acomodadas a manera de almacenamiento temporal; así en el lote se mantuvieron ciertos espacios como almacén.




Pero además, el colapso de la edificación significó que el lote se considerara un baldío como oportunidad para el desecho de basura secundaria. Dentro del terreno estudiado hayamos en algunos lugares con la siguiente concentración de desechos: En el acceso a la casa se localiza la mayor parte de basura, así se observo una bolsa roja de plástico con basura dentro (plásticos, vasos de unicel y bolsa de papas); en el mismo lugar se encontraron dos cajas de cartón, una de leche Alpura sabor chocolate y una de desayunos escolares, botella de agua, platos de unicel y envolturas (papas, dulces, pastelitos, galletas, etc.), además de cucharas de plástico. También se localizó una caja de cartón envuelta en una bolsa negra, envolturas de frituras, platos de unicel, botellas de vidrio (cerveza, refresco, jugo y Caribe Cool) y plástico de agua, latas de refresco, de Red Bull y de chiles; vasos de unicel grandes y chicos. En lo que fue el corredor de acceso o pórtico se localizó una andadera, una alacena y algunos tambores de camas, además de basura no cuantificada.
Localizamos ejemplos de basura de facto, es decir basura depositada al abandonar una estructura (Schiffer, 1988: 12). Es el caso de una llanta de camión y un tambor de cama, la cual estaba resguardada en el terrado, según los informantes, y tras el colapso del techo se depositó sobre el suelo de la casa.
En el pórtico había una estufa dejada en su lugar de uso y tenía una parte del techo derrumbado sobre ella. El último tipo de basura de facto encontrado en este sitio son los botes de aceite que están a un costado del almacén de vigas.








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Arqueología de un lote baldío en Tenancingo. Depósito de lo que hiciste ayer




Álvarez Blas, Anides Oscar, Camacho David, Domínguez Teresa, López Nancy, Miranda Raúl, Rosas Rubén






La arqueología tiene por finalidad conocer el desarrollo y forma de vida de las sociedades través de la cultura material. Sin embargo, el contexto arqueológico no resulta una fotografía de las actividades pretéritas como habían creído muchos arqueólogos:
Tal vez el supuesto más importante que consideran la mayoría de los arqueólogos es que la distribución o patrón espacial de los restos arqueológicos refleja el patrón espacial de actividades pretéritas. (Schiffer, 1972:81)
La Arqueología Conductual con su principal representante Michael B. Schiffer, desafía el trabajo arqueológico hasta ahora realizado porque se ha basado en una visión parcial y estática para caracterizar a los contextos arqueológicos. Lo que la Arqueología Conductual propone es explicar cómo se forma el registro arqueológico. Parafraseando las palabras de Schiffer podemos decir que tal vez el supuesto más equivocado que pueden considerar los arqueólogos es que la distribución de los restos arqueológicos refleja el patrón de actividades pretéritas. Este patrón de distribución espacial de elementos siempre esta mediado por complejos procesos de formación, tanto culturales como naturales, que modifican las distribución de los restos arqueológicos hasta que es registrado por el arqueólogo (Schiffer 1976).
Con el objetivo de comprender y considerar las implicaciones que influyen en el registro arqueológico, el siguiente ensayo presenta el resultado del trabajo experimental elaborado por un grupo de estudiantes de arqueología de la Universidad Autónoma del Estado de México en el municipio de Tenancingo, Méx. El trabajo consistió en el análisis de restos de basura depositados en dos lotes baldíos con el fin de identificar elementos y patrones de deposición y abandono, apoyado por investigación etnográfica que facilitaron los vecinos de los terrenos. El resultado puede conducir al planteamiento de hipótesis a partir de la observación de los patrones de uso, desecho y los procesos de formación que conforman la situación actual del lote.

El baldío
El predio tiene una superficie aproximada de 250 metros cuadrados (m2). Se localiza a media calle tres de sus lados están delimitados por otras construcciones (norte, este, y sur) el frente de este predio (lado oeste). La percepción que se tuvo de esta construcción cimentada era de apariencia sólida por las bardas que se encontraban a los lados, la característica de este lugar era que estaba en una arquitectura de un solo nivel constituida de una base de cemento que se apreciaba bajo la maleza, las paredes eran adobes con 6m. de largo por 8m de ancho esta era una casa habitación, el techo estaba constituido por madera, todo lo cual se pudo inferir por el negativo de la casa que se presenta en la barda norte del predio. La mayoría del terreno muestra exuberante vegetación silvestre y una amplia concentración de artefactos.






Se tomaron datos de dos muestras dentro del lote la primera muestra con la técnica de “correa de perro” en un radio de dos metros (6.25m2) que se denominó unidad de recolección 1 (UR1) y la segunda en una retícula de un metro por lado (1m2) que se denominó unidad de recolección 2 (UR2).
Se recopiló información obteniéndose 65 elementos, tanto duraderos consumibles dispuestos en las unidades de recolección quedando la distribución de la siguiente forma:

Unidad de recolección 1

Elementos de la UR1

1.Calcetín infantil
2.Botella de cerveza barrilito
3.Botella de plástico de refresco Fresca
4.Bote de lata oxidado
5.Botella de vodka Smirnoff
6.Vaso roto
7.Ladrillo
8.Botella de cerveza Barrilito
9.Cubeta plástico
10.Botella de cerveza
11.Botella de agua
12.Frasco de vidrio Gerber
13.Lata
14.Botella de plástico
15.Plato de unicel
16.Aro de plástico
17.Trozo de manguera
18.Trompo con punta rota
19.Muñeco de peluche
20.Envase de vidrio Jumex
21.Envase de coca-cola
22.Plato roto
23.Taza de plástico
24.Botella de agua
25.Carrito de juguete
26.Papeles
27.Botella de plástico quemada
28.Botella de cerveza Barrilito
29.Botella de cerveza Tecate
30.Círculo de madera
31.Botella de brandi Bacardi
32.Botella de Coca-cola
33.Botella de Coca-cola
34.Olote
35.Vaso de plástico
36.Pañal desechable
37.Lata de uvas en almíbar
38.Botella de cerveza Tecate
39.Pañal desechable
40.Botella de plástico
41.Botella de cerveza Barrilito
42.Vaso de unicel
43.Bolsa de plástico
44.Bolsa de plástico
45.Botella de Caribe cooler
46.Botella de Caribe cooler
47.Marcador de Agua.


Unidad de Recolección 2


Elementos de la UR2.





















1. Cubeta de plástico
2. Bolsa de plástico
3. Botella de Coca-cola
4. Costal de cemento
5. Bolsa de plástico con tomates
6. Carro de juguete
7. Botella de Coca-cola
8. Botella de Coca-cola
9. Colilla de cigarro
10. Portada de disco compacto
11. Vaso de plástico
12. Plato de unicel
13. Vaso de vidrio roto
14. Vaso de plástico
15. Botella de plástico
16. Bolsa de plástico
17. Vaso para gelatina
18. Moneda de 5 centavos de dólar.




Para la clasificación de estos diversos materiales hemos adoptado como base trabajos previos de arqueología de la basura que han arrojado información de actividades e insumos dentro de una sociedad (Espinosa 2006: 67). Así, tomamos en cuenta la clasificación por tipo de material, vidrio, textil, botellas del tipo PET, plástico, materiales orgánicos, cerámica, metal además de su función genérica y la distribución que presentan los elementos. Además se realizó una cronología relativa de los elementos durables (que abarcan el 92% del total) obteniéndose una temporalidad circa. del año 2004 a Marzo de 2008 dC. Esta se determinó considerando las marcas de estos productos se pudo apreciar ya sea por fecha de caducidad, lote, fecha de fabricación, y fechas de acuñación o la aplicación de tecnología de elaboración, códigos de barras, diseño del producto etc.



Porcentaje del Material recolectado y su clasificación
La evidencia material muestra un sistema recurrente de actividades, la disposición de la basura generaría entonces un supuesto sobre varios procesos de la formación, que proporcionan discusión en los lotes baldíos los cuales se puede distinguir que las actividades implican un uso público del espacio privado y que está presente en todas las ciudades (Wilk y Schiffer,1979:531) dichas actividades reflejan comportamiento de un grupo social, en este caso hemos considerado que el desecho depositado en las unidades de recolección puede estar asociado a varias actividades, tomando en cuenta el trabajo de Schiffer en los lotes baldíos de Tucson, Arizona hemos adoptado dos clasificaciones la primera refiere a las actividades denominadas “Juegos de Niños” y la segunda “Juego de Adultos” las cuales debido a la distribución de los elementos en las unidades de recolección y el tipo de elementos da muestra de situaciones de actividades en las que la sugieren recreación infantil (juguetes, envolturas de dulces, frituras, refrescos, hoyos etc.) y la segunda como un medio de distracción en la que el adulto en la mayoría de las veces ocupa un espacio como medio para ocio (botellas de cerveza, botellas, vasos desechables etc.) es importante aclarar que un artefacto puede o no estar asociado con otro, pero bajo este enfoque no parecería ilógico que más del 50% de los datos registrados reflejan este patrón de comportamiento.



Discusión
Debido a las condiciones en que se encontró esta construcción nuestro enfoque arqueológico se basa en decir que la basura no se encuentra en su lugar de uso porque esta zona se distingue sobre los tres tipos que son:
1).- Basura primaria. Tejas y Adobe.
2).- Basura secundaria. Botellas, Bolsas, Ropa, etc.
3).- Basura de facto. Juguetes.






Los procesos de abandono no están exentos de ninguna población, se llevan acabo por diferentes factores y circunstancias que dan como resultado los componentes culturales y no culturales que ayudan a la formación y el planteamiento de genuinas afirmaciones interpretativas sobre el pasado (Schiffer,1985). Estas afirmaciones nos llevan a enfatizar sobre los desechos extraídos de este lote porque su análisis podría reflejar patrones de actividades y conductas de los visitantes (Espinosa, 2006: 66).
Se emplea la categoría de abandono para hablar del despoblamiento de regiones o la discontinuidad de ocupación de un sitio o una estructura. (Guevara, 2008)
El abandono es un proceso que transforma las actividades realizadas sobre una zona, lo primero que podemos definir a partir de nuestras observaciones es que en nuestro caso se da un abandono paulatino que se origina por distintos factores entre los principales son la desertificación, la migración ,las congregaciones, en el abandono paulatino la gente tiene posibilidad de escoger las cosas que va llevar consigo , este es el caso de nuestro lote , las evidencias y las entrevistas realizadas muestran que los habitantes de la casa tuvieron la oportunidad de llevarse todas sus cosas , no podemos determinar cuales fueron las actividades realizadas por los habitantes antes de dejar su casa ya que la tierra y la vegetación cubrieron el piso original
El sitio presenta características del proceso de formación (S-A) sistémico arqueológico que muestra actividades de desecho, disposición de la basura y pérdida, el desecho presenta como sistema particular elementos rotos o desgastados, se caracteriza principalmente por la conclusión de la vida útil de un objeto (Guevara, 2008: 3; Schiffer 1972).
El reciclaje se refiere al direccionamiento de un elemento desde la conclusión de su uso hasta el proceso de manufactura del mismo elemento o de otro diferente.
El ciclaje lateral describe la conclusión o terminación del uso de un elemento (vida útil) en una serie de actividades y la reanudación de uso en otras actividades. (Guevara, 2008 )
El lote presentó basura primaria y secundaria (véase Schiffer, 1985) los procesos que interfieren en la basura: primaria, y secundaria son el transporte y la deposición: el lote presenta basura primaria cuando parte de la maleza fue cortada y tirada en ese mismo lugar sin necesidad de utilizarla (esto se puede inferir por la observación en la concentración de vegetación) y mucho menos de transportarla a otro sitio, la basura secundaria tenemos una amplia gama de elementos que se apreciaban con bastante singularidad en gran parte del terreno baldío la concentración de materiales externos o foráneos es notable.

















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Abandono y uso. Procesos de formación en un lote baldío en Tenancingo




García Concepción, Hernández Flor, Huerta Rosalía, Mancilla Azucena, Vargas Violeta, Vásquez Guadalupe





La arqueología tiene por finalidad conocer el desarrollo y forma de vida de las sociedades través de la cultura material. Sin embargo, el contexto arqueológico no resulta una fotografía de las actividades pretéritas como habían creído muchos arqueólogos:
Tal vez el supuesto más importante que consideran la mayoría de los arqueólogos es que la distribución o patrón espacial de los restos arqueológicos refleja el patrón espacial de actividades pretéritas. (Shiffer, 1972:81)
La Arqueología Conductual con su principal representante Michael B. Shiffer, desafía el trabajo arqueológico hasta ahora realizado porque se ha basado en una visión parcial y estática para caracterizar a los contextos arqueológicos. Lo que la Arqueología Conductual propone es explicar cómo se forma el registro arqueológico. Parafraseando las palabras de Schiffer podemos decir que tal vez el supuesto más equivocado que pueden considerar los arqueólogos es que la distribución de los restos arqueológicos refleja el patrón de actividades pretéritas. Este patrón de distribución espacial de elementos siempre esta mediado por complejos procesos de formación, tanto culturales como naturales, que modifican las distribución de los restos arqueológicos hasta que es registrado por el arqueólogo (Schiffer 1976).Con el objetivo de comprender y considerar las implicaciones que influyen en el registro arqueológico, el siguiente ensayo presenta el resultado del trabajo experimental elaborado por un grupo de estudiantes de arqueología de la Universidad Autónoma del Estado de México en el municipio de Tenancingo, Méx.
Se eligió un lote baldío de 194 m² que estaba ubicado en una esquina. El lote esta ocupado por ruinas de una antigua construcción, que según las entrevistas realizadas funcionó como carpintería. Todavía es notable algunos escalones y el espacio de una ventana en el extremo suroeste del lote, restos de bardas mamposteadas en el extremo sur del lote, fragmentos de columnas y materiales constructivos depositados en el suelo que probablemente formaron parte de la construcción original. El material de construcción incluye tejas, piedras de mamposteo y adobe, y estuvo también constituido por tabique rojo, concreto y varillas para los pilares –como puede notarse todavía en las columnas caídas y en la única en pie-.
Entre las consideraciones importantes para entender los procesos de formación, hay que resaltar la vereda diagonal que se ha producido al centro del lote, que cruza de sureste a noreste producto del transitar de los vecinos. El lote, además muestra presencia de vegetación como un pequeño matorral en la parte donde termina la madera y pasto, que dada la temporada del año que es ahora mismo -finales de invierno-, se encuentra poco crecida y más bien escasa. Digno es de mencionar el amontonamiento de tierra que se encuentra justo en la zona aledaña a los restos de barda mamposteada del costado sur del lote.

Plano del lote baldío



De acuerdo a la información etnográfica obtenida, El lote se encuentra en abandono total desde hace unos 13 años aproximadamente. El uso anterior, como se dijo, fue como taller de carpintería pero se dice que los dueños originales se mudaron de Tenancingo y se abandonó la construcción. Los informantes aseguran que la construcción permaneció sin techo por algún tiempo. Al parecer por acción del intemperismo, una barda –que originalmente fue construida con adobe- se desplomó causando con ello la incertidumbre de que las restantes siguieran en pie. Por razones de seguridad, se decidió demoler la construcción, o lo que quedaba de ella. Es por ello que no se tiene ninguna barda todavía en pie. El terreno permanece en una situación de intestado y es por ello que no se ha construido en la actualidad y permanece como lote baldío.

Inventario de los elementos. Dime qué tiras y te diré quién eres
Además del registro de todos los restos en el lote, se procedió a tomar una unidad de muestra que consistió en el registro detallado de restos ubicados dentro de un círculo de un metro de radio. Los artículos contenidos dentro del mismo se detallan a continuación: Paliacate, hojas de piña –parte verde de la misma-,jarrito de barro propio de ferias usado para contener bebidas alcohólicas preparadas (tenía una rebanada de limón insertada en un extremo), vaso desechable de plástico, cepillo de escoba con marcas huellas de uso continuo, bolsas de plástico y restos de ellas, botella de coca cola® cristal chica, botella de jugo del valle®, vaso de unicel, botella de yakult®, cuchara de plástico desechable, pedacería de madera, residuos de bolsas de cemento, rocas y tabique.
También se registraron dos bolsas conteniendo en su interior más variedad de desperdicios. En la primera bolsa analizada se encontró el siguiente listado de desperdicios: papel bond en hojas sueltas de cuaderno, papel sanitario, pelusa, cabellos enredados, papel periódico usado en lugar de papel sanitario, envolturas de dulces, semillas de chile contenidas en una pequeña bolsa aparte y pequeñas hojas de lo que sería una libreta, tapa de bolígrafo Bic®, boleto de derecho de piso del mercado municipal de Tenancingo, lista de ropa interior, trozos de papel con nombres tales como Sra. Felipa García Sánchez, José Carlos Ramos Suárez y pequeñas etiquetas en colores llamativos con precios pegadas una sobre la otra.
La segunda bolsa mostró artículos como latas de atún, semillas de trigo, tira de pastillas Sydolll con 3 restantes, pilas, una receta médica, abundantes cáscaras de cacahuates, papel envoltura de tortillas, un calzón de hombre, restos de huevo, lata de chiles chipotles San Marcos®, cajetilla de cigarros Marlboro®, restos de ajo, bolsa que alguna vez contuvo lentejas, varas de alguna hierba comestible no identificada, bolsa de pan Bimbo ® doble fibra, caja de galletas, envoltura de jabón Zote ®, bolsa de chicharrones no terminados, hueso de aguacate, bolsa de salchichas Fud®, envoltura de leche Liconsa®, envoltura de arroz SOS®, molde plástico chico de gelatina, cáscaras de vegetales no identificados y una bolsa con residuos médicos que por motivos de seguridad y falta de equipo adecuado para su manejo como guantes no fue propiamente analizada pero que mostraba jeringas, algodón y otros artículos.







Lote en general
Vigas de madera
lamina de metal
residuos de estiércol
botellas de alcohol
llanta
costal
manta de plastico
piedras de cascajo

Unidad de muestra 1:
Paliacate
hojas de piña
jarrito de barro
vaso desechable de plástico
cepillo de escoba
botella de coca cola® cristal chica
botella de jugo del valle®
vaso de unicel,
botella de yakult®
cuchara de plástico desechable
pedacería de madera
residuos de bolsas de cemento
rocas,
tabique
bolsa blanca primera con contenido
bolsa amarilla segunda con contenido
bolsa negra sin contenido
bolsa azul sin contenido
popote
residuo de hoja de tamal
costal
vegetación

Tipo, clasificación y distribución de los elementos
Para analizar el tipo de alteraciones que pueden afectar un registro arqueológico, como el del lote analizado, es esencial reconocer que la gran mayoría de los contextos arqueológicos han sufrido una “conducta de desecho”, es decir, que lo que los arqueólogos encuentran es la basura de las sociedades pretéritas. A los desechos Schiffer los clasifica en “basura primaria” y “basura secundaria”, por la forma en que fueron desechados y pasaron al contexto arqueológico. La basura primaria son los elementos que fueron desechados en su lugar de uso, mientras que la basura secundaria ha sido transportada a un lugar alegado al sitio original de uso, lo que incluye lugares especializados de desecho( Shiffer, 1972:88). Un tercer tipo de basura es la “basura de facto”, la que se distingue por no haber sufrido un desecho, estos elementos pasan directamente de la etapa de uso al contexto arqueológico(Shiffer, 1972:86), el ejemplo mas claro es la ciudad de Pompeya enterrada por cenizas debido a la erupción del volcán Vesubio. Por generaciones de arqueólogos, las investigaciones e inferencias realizadas sobre los distintos registros arqueológicos fueron hechas con la visión de que todo contexto arqueológico era igual al de Pompeya sin observar posibles procesos de desecho o abandono.

Entre los elementos registrados en el lote baldío se pudo distinguir dos tipos de basura, la basura secundaria y primaria. Los elementos de basura primaria son los restos de tejas y cimientos; estos últimos serán analizados con mayor detalle mas adelante. Casi todos los elementos en el lote baldío se trataban de basura secundaria. Por la información etnográfica la construcción del lote baldío era una carpintería, de haber encontrado herramientas de carpintería estas serian basura primaria, pero no fue así, en cambio se encontró concentraciones de basura que sugieren otras actividades que no corresponden a las actividades originales del edificio.



Esto nos indica que al ser la construcción abandonada o desechada entra posteriormente al proceso de reciclaje, porque la construcción es transformada. Con la información ofrecida se sabe que una de las paredes se derrumbo y por incertidumbre de que el resto de las paredes siguieran en pie, sé derrumbaron. Con lo que respecta al techo, las tejas que estaban dispuestas, parecen haber sufrido proceso de curaduría[1], ya que no se encontró una cantidad considerable que sugiera el abandono de estas en el lugar, por el contrario supuestamente las tejas fueron desmontadas y acarreadas; de este modo el edificio pasa de ser una carpintería a un lote con usos diversos. Como lugar de almacenamiento para vigas de madera, utilizadas por albañiles que se encontraban trabajando en una construcción frente al lote baldío; para desechar otros elementos, como bolsas de basura; un espacio libre para consumir alcohol e incluso como un “atajo” que permite pasar mas rápido de una calle a otra.
Así mismo, el terreno esta sometido a un mantenimiento frecuente, lo que se puede deducir al observar que los elementos en el lote son realmente basura resiente, al observar las fechas de caducidad de los productos y de algunas notas en la unidad de muestra como la nota de piso del mercado, además de la frescura de la basura orgánica; sin embargo la escasez de basura relativamente antigua puede ser atribuida a un “proceso de formación”, que es el saqueo, el cuál trataremos con mayor profundidad en el siguiente apartado.
Específicamente dentro de la unidad de muestra es posible detectar múltiples áreas de actividad en un sistema cultural en el que participa un grupo de individuos. Los elementos de las bolsas implican una conducta sanitaria, la elaboración y consumo de alimentos; el trabajo de una persona en el mercado como vendedora de ropa interior; las calificaciones de una persona menor en primaria. Actividades de diversión y entretenimiento como el juego de basta; la condición física de alguna persona en cuanto a su salud y el almacenamiento y transporte de elementos.
De acuerdo al deposito de los elementos, se ha clasificado tres tipos de áreas de distribución: área de almacenamiento, de ocio y otra de transito; la zona de almacenamiento es en la que se colocaron las vigas de madera, la zona de ocio es la esquina noreste donde se encontraron botellas de alcohol y por ultimo, la zona de transito es la parte en la que se acumula basura cercana a una vía de transito, es decir a los lados de la vereda que cruza el lote y la parte cercana alas banquetas.

Procesos de formación. Un acercamiento explicativo
Explicar como la descripción de la construcción de hace trece años se convierte en lo que ahora se pude ver como el lote baldío, es el tipo de procesos que la Arqueología Conductual resalta para entender la formación de registro arqueológico, aplicado a este caso se necesita hablar de los factores físico-biológicos y sociales- culturales que alteran un espacio.
Existen dos tipos de procesos que forman el registro arqueológico, los procesos de formación culturales (procesos c) y los procesos de formación no culturales (procesos n). Los procesos de formación cultural engloban la conducta humana que pueden asumirse al desechar o abandonar una zona habitacional. Estas conductas son:
· Curaduría, se refiere al transporte de elementos de un asentamiento a otro asentamiento, es una conducta que implica la valoración del elemento y su factibilidad de transporte.
· Rescate de desechos, es cuando se observa una cantidad elevada de artículos fácilmente reemplazables. Al ser abandonado el sitio, otros habitantes rescatan artículos que constituían basura primaria o de facto.
· Coleccionismo y saqueo, puede darse en distintas etapas de desuso, se da por la curiosidad de transeúntes, pero restringidos por la valoración del elemento.
· Reducción, precisamente es la reducción de los elementos de una unidad doméstica, algunos elementos en malas condiciones no son reemplazados.
· Usos post-abandono, generalmente no se requiere de un mantenimiento y son usados por diferentes grupos de la sociedad: niños, vándalos, vagabundos.
· Depósitos rituales, en distintas culturas se realizan actividades rituales funerarias que suelen dejar huella que indica algún simbolismo funeral.
· Ciclaje Lateral, incluye la transferencia de elementos entre los habitantes que se van para reducir su inventario y aquellos que aún permanecen en el asentamiento.
· Basura de abandono, se refiere a aquellos elementos que reciben un mantenimiento mínimo o nulo debido a la anticipación del abandono.
· Basura primaria, son elementos que muestran un uso intensivo con huellas de pisoteo y abrasión.
· Basura secundaria, al ser abandonado el asentamiento, el nulo mantenimiento de limpieza permite la deposición de basura por otros habitantes.
(Shiffer, 1985:12-18).
Para realizar estas conductas hay que resaltar la dependencia a las características de los elementos como tamaño, peso, valoración, factibilidad de transporte etc. En cuanto a los procesos no culturales engloban fenómenos y alteraciones ajenas a la conducta de un sistema cultural como:
Derrumbes, que pueden ser parciales o totales y ser causados por intemperismo o incendio.
Erosión e Intemperismo, sus efectos son mas notables en un periodo de abandono prolongado.
Traslado de sedimentos, aunque principalmente es atribuido a la erosión también podría ser originado por conducta humana.
Acción fluvial, depende mucho de la posición geográfica.
Depredación por parte de los animales, la acción de animales como madrigueras, movimiento e incluso saqueo de elementos.
(Schiffer, 1985:18)

En el lote baldío de Tenancingo tuvieron lugar procesos de formación cultural. Como ya se había mencionado las tejas fueron elementos que sufrieron procesos de curaduría al ser transportadas a otro asentamiento para tener un mismo uso cuyo valor de reemplazo era muy alto, además las características de las tejas debió permitir la facilidad y conveniencia de su transporte.
Al tener una cantidad reducida de basura primaria es posible deducir una correlación que indique una alta probabilidad de ciclaje lateral por parte de los dueños del lote, rescate de desechos, aunando al coleccionismo y al saqueo inducido por los rumores que los vecinos han difundido del lugar, acerca del entierro del dinero en el lote.
La basura primaria (tejas, cimientos, base de columna, escalones) ha sufrido procesos no culturales de intemperismo, pisoteo y abrasión. La basura secundaria es lo que abunda en el lote, sirviendo de basurero para algunos habitantes y para otros servirá de campamento que aloje actividades de ocio (consumo de alcohol). Debido al derrumbe de un muro ocasionado por intemperismo (ya que no se encontró huellas de otra causa como fuego que pudieran ser la razón del derrumbe), se origino la acumulación de sedimentos, lo que explica el montículo de tierra que se encuentra depositado en la parte sur del lote. Sin embargo otra opción es que sea el desecho producido en otra unidad habitacional o incluso en el mantenimiento y reparaciones de la vía publica desechados en el lote. Se detecto alteraciones producidas por parte de animales, identificadas por el tipo de excremento que pertenece al ganado vacuno, las que pudieron alterar la vegetación y producir arrastre de elementos. Es común que se realicen actividades cuyo residuo puede ser depositado en áreas abandonadas, el material que muestra la fotografía estaba frente al lote en el que se trabajo.
Con base en lo dicho sobre la asociación riesgosa esto se debe a la falsa conexión que puede tener un elemento respecto a otro, ocasionado por los procesos de formación, por ejemplo si no se diferenciara la basura primaria de la basura secundaria y se pensaría equivocadamente que están asociadas y que pertenecen a una cronología similar, las interpretaciones resultarían incorrectas y simples, evitando la complejidad de procesos relevantes en la participación del elemento dentro del sistema cultural.
De igual manera de que el lote sea usado como espacio libre de juego para niños y de ocio para adultos, esas actividades producirán cambios en la posición de los elementos, por lo que no tendría sentido asociar los restos de teja a las botellas que se encontraban relativamente cerca, ó el estiércol de vaca con respecto a los pantalones con mezcla. Es importante reflexionar sobre los sucesos que ocurrieron entre el abandono y el descubrimiento del lugar por parte del arqueólogo.
En éste caso distinguir la basura primaria de la basura secundaria es fácil gracias a la clara diferencia de desgaste prolongado en la basura primaria y la condición fresca de la basura secundaria. La cantidad de basura primaria en comparación a la basura secundaria implica que participaron procesos de formación como curaduría, rescate de desechos, saqueo, ciclaje lateral y sobre todo los “usos post-abandono” pues el transito constante que hacen las personas a través del lote lleva al movimiento o modificación de los elementos dentro del lote baldío. De aquí podemos plantear una hipótesis de Schiffer en la que nos aclara cómo se distribuyen los objetos a causa del transito de personas: Los objetos grandes cerca de 50cm3 no permanecen mucho tiempo en las veredas. Se golpean con el pie o se mueven a un lado (a menudo son atrapados por la vegetación) o se rompe en fragmentos mas pequeños. (Shiffer, 1976:533).
La actividad de almacenaje también altera la condición del lote, aumentando la cantidad de elementos en el contexto arqueológico además de modificar la vegetación que se encontraba en la zona en que fue depositada las vigas. Además de ser un proceso difícil de identificar porque no es preciso saber bajo que condiciones es almacenado, en algunas ocasiones podría parecer que el elemento es desechado, pero realmente sigue en uso, un poco contrario a que creer que los contextos arqueológicos son todos basura.
También los procesos no culturales que remueven los elementos, especialmente por la ligera inclinación del lote, lo que denota una apreciable arrastre de sedimentos, probablemente originados por la materia de los muros de adobe. La tiende a depositarse hacia el sur.

Conclusiones
La recuperación de lotes baldíos como zona para el depósito de desechos es una conducta general en muchas sociedades del mundo y en diferentes épocas que podría involucrar una ley conductual que encierra las variables del tamaño, peso y desgaste de un elemento y la factibilidad que le resulta a la gente de desechar la basura en un espacio “no oficial” de desecho, aun más interesante como observación, es la insistencia de la gente por depositar desechos en sitios como este, incluso aunque llegara a prohibirse y se aplique mantenimiento de limpieza. Conducta que Schiffer explica con la siguiente hipótesis:
…con el aumento de la población en un sitio[…] y con el incremento en la intensidad de ocupación, hay un decremento correspondiente entre los lugares de uso y desecho para todos los elementos que se utilicen en las actividades y que se desechan en un sitio (Schiffer,1972:89).
El rehusó del lote para almacenar, desechar o jugar nos señala el aumento de la población y la disminución del espacio especializado de desecho y así un sistema cultural (la sociedad) tal vez de forma inconsciente aprovecha los recursos disponibles y explota su potencial de productividad.
La arqueología conductual es una posición teórica que ofrece una amplia gama de posibilidades que intervienen en el desarrollo de inferencias e interpretaciones sobre las sociedades antiguas. Cuya aplicación no puede ser ignorada por los arqueólogos actuales y futuros pues su importancia radica en el avance de la arqueología como ciencia y la obtención de conocimiento preciso de utilidad para el presente y el futuro. Además de la reflexión sobre conducta social presente para ser trasladada al pasado con el objetivo de ver el escenario tras bambalinas en un contexto arqueológico, es decir no sólo hablar de cómo es el contexto arqueológico sino como llego a serlo.
[1] “Proceso de formación” que se refiere al transporte de objetos de un asentamiento a otro.


















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Dime que tiras y te diré quién eres. La arqueología de lotes baldíos
Miguel Guevara Chumacero





Cuando hablamos de arqueología, lo primero que pensamos son excavaciones al pie dela pirámide de Giza en Egipto o en el desciframiento de los glifos mayas, pero difícilmente podemos imaginar al arqueólogo conviviendo con grupos aborígenes australianos para registrar el patrón de actividades de sus hogares, o examinando las áreas de matanza y descuartizamiento de caribúes, dejadas por un cazador Nunamiut en Alaska. Y mucho menos nos imaginamos al arqueólogo analizando la basura dragada de los lagos de Chapultepec o catalogando el patrón de desechos en un basurero de la ciudad de Tucson, Arizona. Y sin embargo, esto también es arqueología.
A partir de los años sesentas, la arqueología vio la necesidad de tener una mejor comprensión y control de la distribución de los artefactos originados por las actividades llevadas a cabo en el pasado. Por tal motivo, recurrió al estudio de las sociedades tradicionales actuales, tal como lo venían haciendo los etnólogos, pero con las herramientas y metodologías que ofrecía la disciplina arqueológica. En este contexto surge la etnoarqueología y la arqueología experimental, dos estrategias que parten de estudiar la cultura material del presente con el fin de explicar la conducta humana del pasado.
Bajo esta perspectiva, como parte de los cursos de teoría arqueológica que se imparten en la Licenciatura de Arqueología del Centro Universitario UAEM Tenancingo, desde hace dos años llevamos a cabo el Proyecto Arqueológico Lotes Baldíos, en diferentes comunidades del sur del Estado. Los lotes baldíos son un espacio importante para el estudio social debido a que representan áreas públicas o privadas pero que debido a un proceso de abandono, están abiertas al uso público. De tal forma es que en los lotes generalmente se llevan a cabo actividades que implican un uso público (con algunas restricciones) en un espacio considerado privado y que está presente en casi todas las ciudades y poblados. Los baldíos pueden llegar a funcionar como área de juego para niños, para arrojar clandestinamente basura, como zonas de recreación para adultos, para rescatar artefactos aún útiles o simplemente para emplearlos como zonas de tránsito. Quién no ha participado en alguna de estas actividades en un lote.
Así, el proyecto tiene una doble finalidad. En primer lugar, realizar un estudio sociológico de la cultura actual a través de las metodologías de la arqueología. El estudio de William Rathje en el Garbage Proyect (proyecto basura) realizó el análisis sistemático de los artefactos desechados en ciertos distritos de Arizona, lo que mostró que las personas, ya sea por cuestiones de estatus o ideología, comúnmente mentían al ser entrevistadas sobre lo que consumen, por lo que vale decir que la basura miente menos que las personas. De tal forma, que nuestro objetivo es seguir este ejemplo y analizar las pautas de consumo a partir de la basura desechada en los lotes.
En segundo lugar se pretende que los lotes funcionen como un laboratorio en el que podamos apreciar cómo es que el registro arqueológico se va construyendo: conocer cuáles son las razones que llevan a desechar un artefacto, precisar las conductas que llevan a reducir el inventario que hay en un lote (por ejemplo el reciclaje de un artefacto aún útil), hasta señalar procesos naturales como la erosión que modifican la distribución de los artefactos ya desechados. Los principios obtenidos serán una guía para conozcamos los procesos de cambio que sufre el contexto arqueológico desde que se abandonó en el pasado, hasta que es registrado por el arqueólogo en el presente.






Arqueología de lotes baldíos de Tenancingo
Algunos de los predios que hemos estudiado corresponden a lotes baldíos ubicados en el centro de la ciudad de Tenancingo, municipio del Estado de México. Dichos predios están en un aparente desuso, funcionando como lotes baldíos en donde registramos distintas prácticas y conductas a partir de las estrategias que ofrece la arqueología.



Uno de estos predios se localiza a media calle y está delimitado en tres de sus lados por otras construcciones. Originalmente el terreno era ocupado por una casa que fue derrumbada y de la cual quedan algunos cimientos y el “negativo” de la construcción en la casa aledaña, lo que nos permitió determinar que era una construcción de un solo nivel con techo de dos aguas de madera y teja. La diversidad de artefactos registrados fueron clasificados según el tipo de material que se tratará, vidrio, textil, botellas del tipo PET, plástico, cerámica, metal, orgánicos, además de determinar su función genérica y la distribución que presentaban al interior del lote.
La clasificación de los artefactos y sus patrones de distribución se asignaron a categorías genéricas de actividades. Se obtuvo que la conducta principal, con un 37% de los artefactos asignados a actividades reconocidas, fue la de “recreación de adultos”. Asociada a esta actividad se recuperaron principalmente desechos de botellas de cerveza y otros variados licores, así como vasos desechables. Otra actividad importante, que representó el 18%, de los artefactos recuperados, se vinculó con actividades de “recreación infantil”, en la que se asociaron juguetes, tales como pelotas escondidas, hoyos, envolturas de dulces y frituras.
Otro de los lotes estudiados está aún ocupado por ruinas de una antigua construcción, que según las entrevistas realizadas funcionó originalmente como carpintería. Todavía son notables algunos escalones y el espacio de una ventana en el extremo suroeste del lote, restos de bardas mamposteadas en el extremo sur, así como fragmentos de columnas y otros materiales constructivos dispersos. El predio se localiza en una esquina por lo que el lote es cruzado por una vereda diagonal producto del transitar de los vecinos.
El registro de los restos materiales en el lote dio cuenta de una gran diversidad de artículos, en su mayoría rotos o desgastados y algunos de ellos contenidos en bolsas, lo que nos hace pensar que se trató de basura secundaria, es decir, basura que se deposita fuera de su lugar de uso original, sirviendo el lote como depósito o basurero. La vereda que funciona como zona de tránsito es la parte en la que se acumula mayor cantidad de basura así como en la sección cercana a las banquetas. A pesar de esto, la basura secundaria es potencialmente un indicador del contexto del lugar o actividad de proveniencia original. Por ejemplo, una bolsa contenía en su interior una gran variedad de desperdicios, entre los que se encontraban hojas sueltas de cuaderno, papel sanitario, tapa de bolígrafo Bic®, aunado a indicativos indicios del oficio de la persona que desechó estos residuos: el boleto de derecho de piso del mercado municipal de Tenancingo, una lista de ropa interior, trozos de papel con nombres tales como Sra. “Felipa G.”, “José R.” y pequeñas etiquetas en llamativos colores con precios pegadas una sobre la otra.
Así, al ser abandonado un espacio dentro de una población aún ocupada, se crean los lotes baldíos, que se vuelven lugares para la realización de diversas actividades, entre ellas la deposición de basura por parte otros habitantes, de quienes incluso podemos llegar a conocer su oficio o identidad. Finalmente, dime lo que tiras y te diré quién eres.

FUENTES
Álvarez, Blas et al. (2008), Lotes baldíos en Tenancingo. El estudio de los procesos de formación arqueológica. Mecanoescrito. UAEM.
Binford, Lewis (1988), En busca del pasado. Ed. Crítica, Barcelona.
Huerta, Rosalía, et al. (2008), Análisis arqueológico de un lote baldío en Tenancingo. Mecanoescrito. UAEM.
Wilk, Richard y Michael Schiffer (1979), “The Archaeology of Vacant Lots in Tucson, Arizona”, American Antiquity, Vol. 44, No. 3, pp. 530-536.